Un niño de 3 años, forzado a cambiar de colegio por falta de apoyo educativo

Tan sólo tiene 3 años y ya ha pasado por dos colegios. Al segundo se ha incorporado este trimestre, tras estar desde el inicio de curso y hasta las navidades en el centro que escogieron sus padres y en el que no contó con un ayudante técnico educativo (ATE), a pesar de que este pequeño tiene necesidades educativas muy concretas y «precisa de una atención especializada». Así lo denuncia públicamente el sindicato CC OO, desde donde inciden en que se trata de una «discriminación» hacia esta familia. El secretario de la Federación de Enseñanza del sindicato, José Antonio Alegre, precisa que la administración educativa «ha generado una espiral de injusticia porque si las familias tienen más contactos o capacidad de presión, consiguen para su centro un ATE, como ya ha ocurrido este curso, mientras que en este caso, donde se trata de una familia más vulnerable, han tenido que asumir la arbitrariedad de Educación».

«La familia lo único que quiere es que el niño esté escolarizado y bien atendido y no le ha quedado otra que asumir el cambio», añade González, quien explica que ahora han tenido que reorganizarse, porque su primera opción era el colegio que tenían más cerca de casa, a lo que suman que el pequeño ha estado los tres primeros meses de curso «desatendido» ante la falta de personal adecuado.

Desde CC OO exigen a Educación que aumente tanto la plantilla de los ayudantes técnico educativos como los docentes de Audición y Lenguaje y Pedagogía Terapéutica y que tengan presencia en todos los colegios. Actualmente, en la provincia de León hay 45 ATE, que trabajan como personal laboral a tiempo completo, a los que se suman otros 63 «que están contratados por horas y que además tienen itinerancia», es decir, que trabajan en varios colegios.

«La administración todo lo ajusta en mínimos y por eso siempre hay dificultades en los centros», apunta González, para añadir que además desde que solicita al personal hasta que se incorpora al centro «pasa mucho curso». Así, reclaman a Educación un trato igualitario y un cambio en su planificación y gestión, «adoptando decisiones más próximas a lo que se entiende por justicia social, es decir que todos los niñas tengan, independientemente de la clase social a la que pertenezcan, las mismas oportunidades de desarrollo personal, social y educativo», señalan desde el sindicato.