A vueltas con las catas, pero sin que vayan a parar el trabajo
El cierre de los trabajos depende ahora de que se acuerde con los servicios de control arqueológico cómo se hacen las dos catas que hay programadas. Sobre el plano, la comisión territorial marca que se debe hacer una a la altura del número 18, «donde se han excavado restos correspondientes a barracones», según la arqueóloga, que busca «completar las trazas de los mismos que puedan conservarse en el área de la calle». En la otra, junto al número 15, se quiere «identificar el límite de la vía-este oeste que delimita la retentura, así como el ala meridional del gran edificio excavado en el área de Santa Marina, interpretado como un establecimiento de almacenaje en torno a un gran patio interior». La idea pasa por hacer la urbanización y dejar abiertos tan sólo los huecos de las excavaciones, que se intentará que quedan en tan sólo una y no toquen las cimentaciones cercanas.