Adif dedica 74 M€ a cambiar el plan de seguridad que no estrenó en la Variante

Hoy, a las 13 horas de este lunes, termina el plazo abierto por Adif para recibir las ofertas para colocar otra solución de comunicación y seguridad en el interior del túnel del AVE. Una posibilidad de negocio golosa, a tenor de la treintena de empresas que en las últimas semanas se interesaron por el contrato, que acudieron a la jornada presencial que el administrado ferroviario dispuso para anotar sobre el terreno los pormenores de la instalación. Apetecible, por la cuantía de la licitación. 73,9 millones de euros, una cantidad que se puede entender discreta solo si se compara con los 4.000 millones que ronda ya los absorbidos por la Variante; tres lustro de obra también se pueden medir en presupuesto.

La oferta se envuelve bajo el enunciado de instalaciones de protección y seguridad en los túneles de la Variante de Pajares. Línea de Alta Velocidad León - Asturias. La Robla-Pola de Lena; y, en esencia, se resume en la instalación de un tendido de cable radiante, que vendrá a dar soluciones de carácter técnico al avance del tren, al control de la circulación, a la seguridad del túnel. La paradoja es que el proceso sucede a uno inmediato anterior; que ese plan estaba satisfecho con un sistema, que se instaló hace dos años y que ahora tendrá que ser desmantelado sin llegar a ponerse en servicio. Los túneles de la Variante de Pajares disponen de una red de antenas y repetidores que cubren todo el trayecto de las galerías, que tendrá que ser desarbolado a la vez que el adjudicatario del nuevo contrato despliega el cableado radiante; para dar cobertura a los dos tubos, se llegaron a instalar hasta cerca de cuarenta repetidores, cada uno de ellos con capacidad para distribuir información a cuatro antenas, y responder a las necesidades tecnológicas y de comunicación que precisa una línea de alta velocidad ferroviarias. La conexión por radio se terminó de instalar en los primeros meses de 2018. No llegará a entrar en servicio. Desaparecerá a la vez que se extiende el cordón radiante, que aporta la misma solución técnica que ya está desplegada. La diferencia esencial son los 73,9 millones a mayores en los que se ha fijado la licitación del nuevo contrato, que cuenta con un plazo de ejecución de 18 meses para su instalación, según resume el documento de honorarios dispuesto por Adif para encontrar al mejor postor a la obra.

Los más de quince años de intervención que lleva acumulados la Variante de Pajares son materia prima para un bestiario de alternativas técnicas que se acaballan hasta el infinito, en una secuencia interminable de contratos y cambios de planteamientos; la extensión de raíles sobre otros ya desplegados en un tiempo anterior encabeza la lista de daños colaterales que ha sufragado el erario público; las vías de quita y pon a lo largo del año 2017, para enmendar el pronóstico de ancho ibérico anterior que se llegó a creer definitivo para el paso del tren de alta velocidad entre Asturias y León; luego, revocado de nuevo, hasta ajustar el sistema de triple hilo que pone la traza lejos de los parámetros que definen la eficiencia de la alta velocidad europea; pero también, las soluciones de revestimiento interior de las galerías, llamadas a evitar las filtraciones de agua, consumidas por el tiempo de espera que las convirtió en material desechable y ruinoso antes de que la estructura se pusiera en uso.

No es la misma regla que confirma este relevo de solución técnica; el despliegue del sistema de radio está intacto, actualizado y desplegado y testado en un tiempo relativamente próximo al momento en el que se pretende dar salida a la obra del túnel de la Variante. Un cable radiante, licitado en casi 74 millones de euros, lo va a sustituir a lo largo del perímetro de los túneles. Se extenderá por más de 72 kilómetros, e incluye en ese recorrido las galerías y accesos auxiliares de evacuación dispuestos en torno a la estructura principal de los dos tubos. El tren todavía no asoma a las galerías.