La despoblación implica a todas las consejerías y a todas las administraciones
A la Consejería de Empleo e Industria le ha correspondido hasta el momento el impulso y la coordinación de la Agenda para la Población, una herramienta de la Junta para luchar contra el problema demográfico que afecta de manera muy particular a la provincia. Una competencia que podría asumir en los próximos días el vicepresidente Francisco Igea. El saldo vegetativo es negativo, el envejecimiento preocupante y la natalidad apenas da esperanza. Afrontar un problema de este calado requiere del compromiso de todas las administraciones y de todas las consejerías. Aquí no valen los discursos electoralistas ni la demagogia. Tampoco hay fórmulas mágicas. Los que tienen las competencias deben generar oportunidades laborales en estas zonas, sobre todo para que los jóvenes, formados en las universidades públicas de la Comunidad, no se vean empujados a la diáspora en busca de un trabajo digno. Todos los ciudadanos tienen derecho a los mismos servicios con independencia de dónde residan. En este sentido, la Administración autonómica se ha comprometido a crear una comisión de trabajo con expertos independientes, propuestos por las Cortes, para proponer medidas que se ajusten a la realidad de Castilla y León. La estrategia demográfica aprobada por esta administración tendrá que revisarse a finales de año y ver si las medidas que articulan esa Agenda se han cumplido. A partir de ahí, el gobierno que preside Alfonso Fernández Mañueco aprobará una nueva hoja de ruta en la que se incorporarán las soluciones planteadas por los expertos. En ese marco, León debe ocupar un lugar privilegiado para que los próximos presupuestos contemplen actuaciones transversales que acaben con uno de los principales problemas que afectan a esta región. Sin comercio, industria y trabajo de calidad es imposible que la provincia pueda revertir esa sangría que ha descontado del padrón a casi sesenta mil personas en los últimos treinta años.