El último tren que llegará al noroeste: el Corredor Atlántico

La ampliación del Corredor Atlántico es una aspiración legítima para dar salida al noroeste; el noroeste es una franja de territorio que forma parte de la periferia de la periferia, el plus ultra de un modelo administrativo que ha vivido de espaldas al desarrollo del perímetro. Por eso la inversión que va a reabrir Europa entre 2021 y 2027 se entiende elemental para devolver la oportunidad perdida para el noroeste, en el concepto que arman Galicia, León y Asturias, atrapadas desde hace años en los indicadores económicos y sociales más pobres de la Unión Europea, no solo de España, que también. La ampliación del Corredor Atlántico hacia el noroeste es fruto de una exigencia empresarial sin precedentes, con el fin de lograr enganchar el vagón al último tren de progreso que puede pasar por la zona. El Corredor Atlántico forma parte de las grandes autopistas de la comunicación intermodal del continente europeo; es decir, de la fluidez de movimientos, de la inmediatez, de la eficiencia y de las arterias de la competitividad.