Obituario | Joaquín Nieves
Adiós a un cronista de sucesos con el sexto sentido
Periodista de raza, de los que empezó en aquella época en la que las redacciones aún se utilizaba el huecograbado, pero que alargó su profesión hasta los ordenadores. Compañero de Lamparilla y de Crémer en el Proa y, sobre todo, un cronista de sucesos que «se enteraba antes de los hechos que la propia policía», como comentaban las malas lenguas. Devoto de la profesión, que heredó de su padre —maestro que hizo sus pinitos con el periodismo— y que trasmitió a su hijo. León y el periodismo despiden a Joaquín Nieves, quien supo contar la historia de una ciudad a la que llegó cuando aún «era un pueblo».
Nieves nació en Galicia, en Verín en 1924, pero tras cumplir con las obligaciones militares ingresó de la mano del diario Ya en la Escuela Oficial de Periodismo. Su primer destino fue Proa, en León, de donde era su mujer y donde también tenía vínculos familiares. Pronto asumió la «ingrata» área de los sucesos, a la que dedicó gran parte de sus horas no sin tener en cuenta que en provincias, los periodistas tienen que aprender a escribir de todo.
Edición tras edición
Por su pluma pasaron «la pequeña historia del día a día, fugaz, duradera hasta la siguiente edición», con temas tan destacados como el incendio de la Catedral en 1966, la tragedia en Casetas de Oceja, donde perecieron 14 mineros en 1954, el Congreso Eucarístico Nacional que marcó un hito en 1964, la visita de los reyes de Bélgica Balduino y Fabiola en 1960 y todo el pulso de la ciudad, incluidas las crónicas deportivas. Pasó por muchos medios, también Diario de León, y fue comentarista en Radio Pirenaíca, la emisora clandestina del Partido Comunista en los días de la dictadura.
«El periodista tiene ese sexto sentido que le hace ver algo más. Por eso es difícil de engañar. Pero mucha gente no entiende esta profesión», llegó a comentar Joaquín Nieves de un trabajo que le absorbió y gracias al cual, hoy también se escribe la historia de la provincia vista a través de sus ojos, de sus crónicas que hoy son un referente para sus herederos profesionales.