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Turismo

El sector hotelero se activa en julio con pocas reservas y mucha «incertidumbre»

La mayoría de los alojamientos turísticos estarán abiertos el próximo mes, aunque se prevé un desplome importante de la ocupación

Una turista fotografía la Catedral con su dispositivo móvil. MARCIANO PÉREZ

León

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El sector hotelero da «por perdido el año». Ni un mes de julio similar al de 2019, algo que resulta imposible en las condiciones actuales, ni un mes de agosto que pulverice las previsiones más optimistas coserían las heridas que ha dejado la pandemia en todos los negocios turísticos de León. No se salva ni uno.

Los bares llevan semanas funcionando, pero todavía pesa la factura del confinamiento, sobre todo entre los que viven del ocio nocturno, que despertaron más tarde y aún arrastran muchas limitaciones. También los hoteles y restaurantes, que aprovecharon el parón para adaptar las instalaciones a los protocolos de seguridad fijados por las autoridades sanitarias. Cámaras térmicas a la entrada, mamparas, menús digitalizados, acceso sin contacto a las habitaciones, paneles informativos y geles hidroalcohólicos son ya parte del mobiliario. Solo faltan los turistas, que llegan a cuentagotas.

De hecho, algunos hoteles todavía siguen cerrados y no abrirán hasta el mes de julio, si lo hacen, cuando se espera un ligero repunte. Hay actualmente «mucha inestabilidad» respecto a las reservas y es «difícil» hacer una previsión sobre cómo se comportará la demanda durante el próximo mes.

Recuperación
Los empresarios dan «por perdido el año» y ya piensan en la Semana Santa de 2021

Así lo advierte Julio César Álvarez, presidente del Círculo Empresarial Leonés y responsable del Grupo Hosteleón, propietario del Hotel San Antonio Abad, del Hotel Santiago y del Spa París, que reabrió el pasado viernes. Los otros dos continúan cerrados. «Tenemos muchas dudas. En principio abriremos el Abad el jueves, pero el Santiago, que es el más grande, seguirá cerrado de momento. Hay demasiada inestabilidad, aunque la gente se va animando, sobre todo para el mes de agosto», aclara el representante de la patronal, que da «por perdido el año», a pesar de esa moderada mejoría, y ya piensa en la Semana Santa de 2021. «Esperemos que no haya ningún rebrote», desea.

Un análisis parecido ofrece Antonio Vázquez Muñoz-Calero, fundador y responsable del grupo By Vamuca, que gestiona el Alfonso V, en funcionamiento desde hace un par de semanas, y el Conde Luna, que recuperará la actividad a mediados del próximo mes. Todos los restaurantes del grupo (Nimú Azotea, Casa Mando, LAV, El Molino de los Ajos y Marcela) están ya en marcha.

Inestabilidad
Cada vez hay más reservas, sobre todo para agosto, pero continúan las cancelaciones

«La incertidumbre es bestial porque casi todos los viajes de grupos, bodas o eventos se han aplazado o suspendido y la ocupación en los hoteles también va a ser un misterio», señala. Cree que, en ningún caso, sobrepasará el 60%, siendo «moderadamente optimistas, cuando veníamos de tasas mucho más altas», compara.

Recuerda, al respecto, que agosto es «el mejor mes del año», con el grado de ocupación más elevado, al igual que el precio medio. «Vamos a estar muy alejados de esas cifras», lamenta, al mismo tiempo que da la temporada por «perdida», aunque confía es que los meses de verano alivien una situación «dramática». Augura, en el mejor de los escenarios, que la facturación se desplome un 30% y que la ocupación caiga a la mitad. «Sería un buen dato», reconoce Antonio Vázquez, quien añade que tardarán dos años en alcanzar los niveles que tenían antes de la pandemia.

«Es inviable pensar que estaremos cerca de las cifras de 2019. Nosotros calculamos que en 2021 podremos situarnos en un 80 por ciento y que nos recuperaremos en la Semana Santa de 2022», pronostica.

En este sentido, Julio César Álvarez valora «positivamente» la ampliación de los Ertes hasta el 30 de septiembre, aunque la ve insuficiente. «Los necesitamos como mínimo hasta enero porque hay mucha inestabilidad en el sector», reivindica. Critica, además, que prácticamente hasta el último día del mes no sepan los empresarios si van a contar con esa herramienta para seguir con sus negocios a flote. «Generan mucha ansiedad», añade Julio Álvarez, que ve una quimera alcanzar la cifra de 400.000 turistas que visitaron la provincia solo en los meses de julio y agosto de 2019. Si se pierden, como parece, habrá que esperar al año siguiente porque en otoño y en invierno apenas hay movimientos.