Nuevo conflicto
Los comerciantes del rastro se niegan a abrir con las restricciones municipales
Una vez que se resuelto el conflicto con los vendedores de Colón, que se trasladarán ya el viernes a Papalaguinda, el Ayuntamiento choca ahora con los comerciantes del rastro. No habrá mercadillo por el momento el domingo salvo que se acerquen las posturas que se enquistado con la imposición del equipo de gobierno de que sólo se puedan abrir un 30% de los puestos. El porcentaje se ve insuficiente por parte de los titulares de las licencias, que reclamaban la apertura normalizada al 100% como ya se hace «en Gijón, en Medina de Rioseco o en La Bañeza», pero que incluso han rebajado sus pretensiones al 50%», como detalla su portavoz, Ricardo Torres, quien critica que «en esta negociación» el consistorio no se mueve de su exigencia.
Entendimiento
Los vendedores de Colón al final irán a la acera de Papalaguinda a partir de este mismo viernes
El porcentaje implicaría que apenas se pudieran «128 de los 430 puestos», como detalla el portavoz de la asociación de vendedores ambulantes. Apenas les tocaría ir «una vez al mes a cada uno», insiste Torres, quien abunda en que es «insuficiente la propuesta». «Si aceptaran el 50% al menos sería uno de cada dos domingos», señala el comerciante, quien reseña que incluso han llegado a hacer otros planteamientos como «reducir un metro por cada lado los puestos para que haya más distancia». «Nos propusieron que buscáramos una empresa privada que pagáramos nosotros para controlar el aforo si queríamos», apunta el representante del colectivo, quien critica además que se les haya «dejado fuera de los bonos del comercio».
Mientras se busca una salida, los comerciantes de Colón ya la han hallado. Se instalarán «en la zona norte de Papalaguinda, desde la altura de la pasarela a la estación de autobuses hasta la de la piscina de Sáenz de Miera). En la parte más cercana a Guzmán irán los de alimentación y después los textiles», informó el consistorio.