Raquel Gago pondrá fin mañana a su primer permiso de ocho días en Madrid
El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria ejecuta el beneficio inicial de su pase a segundo grado
Raquel Gago, la tercera condenada por el crimen de Isabel Carrasco, pondrá fin mañana sábado al primer permiso que desde el pasado 27 de junio le había concedido el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Madrid, de acuerdo con la dirección del Centro Penitenciario de Madrid I, en el que se encuentra cumpliendo la pena de 14 años de prisión impuesta por el Tribunal Supremo, que la considera cómplice de un delito de asesinato y autora de otro de tenencia ilícita de armas.
Gago disfruta de dos permisos encadenados de cuatro días, que no habían podido ser disfrutados por la reclusa como consecuencia de la pandemia. De acuerdo a la normativa penitenciaria vigente, la interna dispondrá de 36 días de permiso al año.
Raquel se encontraba privada de libertad desde el 20 de diciembre de 2016, cuando ingresó por segunda vez en el Centro Penitenciario de Villahierro, que abandonó para trasladarse a Madrid. El permiso es de ocho días. Entre las condiciones impuestas para la concesión del permiso podría figurar la de no acercarse a León, aunque este extremo no ha podido ser contrastado.
Condiciones
La exagente de la Policía Local dispondrá a partir de ahora de 36 días de permisos al año
La exagente de la Policía Local fue detenida el 15 de mayo de 2014, Tras escuchar su versión, la jueza instructora la dejó en libertad. Cuando se cotejaron las llamadas del móvil de Triana (contenía una de 17 segundos a Gago apenas unos minutos después del asesinato) fue enviada a prisión.
La mañana del 5 de abril de 2018 se sometió a una revisión médica en un centro privado de la capital. Fue su última salida a la calle en León. Gago solicitó después el traslado a Madrid I y se le concedió el 17 de mayo de 2019, en virtud de su acceso al segundo grado, al haber cumplido la cuarta parte de la condena y obrar un informe positivo de la dirección de Villahierro.
Su familia, en Madrid
El núcleo familiar de Gago está ahora mismo en Madrid. Sus padres decidieron instalarse en la capital de España, donde ya residía un hermano de la condenada, que es madrina de una de sus hijas. Dejaron la vivienda de Eras de Renueva donde residían, muy cerca del piso en el que residía Raquel en el momento de los hechos, afectados porque la sentencia «además de condenar a la interna por tan execrable crimen está condenando, de manera injusta e innecesaria, a quienes nada tienen que ver con el delito castigado, que ya bastante es; la familia y su calor es lo único que le queda a Raquel y constituye su fuente de cariño, cercanía y comprensión que todo ser humano necesita», explicó su último letrado en el escrito en el que solicitaba el cambio de penitenciaría. «Al dolor de tener una hija en esta situación, lo cual ya por sí solo es suficiente, se ven enfrentados a la constante reprobación silenciosa de gran parte de los vecinos de la ciudad en la que residían, donde amigos de toda la vida les han dado la espalda o, simplemente, les niegan el saludo».
Raquel Gago ha cumplido ya 51 meses de prisión, 42 tras la condena y 9 en situación de preventiva. Disfruta de su condición de interna de segundo grado en la prisión madrileña, exclusivamente destinada a mujeres. Tiene intención de continuar con sus estudios y presenta un carácter modélico, el mismo que ya avalaron los funcionarios y la dirección de la prisión de Villahierro, de los cuales se despidió muy agradecida por el trato exquisito que se le dispensó. Es muy similar a la situación que vive en Alcalá de Henares.