Traslado obligado
Flojo estreno del mercado de Colón en Papalaguinda
Los vendedores afirman que su nueva ubicación aún no se conoce y creen que muchos clientes habituales, personas mayores, no se desplazan hasta allí
A la una del mediodía Ramón Jiménez intenta atraer la atención de las mujeres que pasan por hacia el género que expone en su puesto de ropa. «No ha sido un buen día, pocas ventas y bastante flojo», comenta con cierto pesar al valorar el primer día del traslado del tradicional mercadillo de Colón al tramo inicial de la avenida de Papalaguinda. Unos 250 metros donde los más de cien vendedores se ubican en las aceras dejando libre la calzada para el paso de personas.
Como a la mayoría de los vendedores no le convence la decisión del Ayuntamiento de trasladarlos aquí. «Y del mal el menos, porque nos querían tirar a La Lastra...ya les dije yo que para eso que nos echen al río», comenta gráficamente. En una frutería cercana una mujer apostilla: «Al alcalde se le metió en la cabeza traernos aquí y así estamos».
Cree Ramón que su nuevo emplazamiento en Papalaguinda, donde a partir de ahora instalarán su tradicional mercadillo los martes y jueves, todavía es desconocido por muchos leoneses. Además, sostiene que muchos de los usuarios del mercado de Colón son personas mayores que no se desplazarán hasta la nueva ubicación para hacer la compra. «Lo único bueno que tiene es que la calle es recta, es ancha y hay espacio suficiente», asevera.
Un deseo de todos
«Esperamos que los que eran nuestros clientes vengan también aquí, donde estamos ahora»
Miguel León, que lleva más de 35 años vendiendo calzado, «aunque ahora esto lo llevan mis hijos», tampoco pudo celebrar el estreno con un buen número de ventas. «Hoy poco, bastante menos de lo que era habitual antes en un día de mercado». Confía en que poco a poco, cuando se vaya conociendo por todos el traslado, este tradicional mercadillo recupere clientes y ambiente. «Esperemos que vuelvan todos, no estamos lejos, estamos casi en el centro de León», asegura.
Manuel Rodríguez atiende un puesto de frutas y verduras y se atreve a dar una cifra. «Yo diría que se ha vendido como uno 50% menos de lo que era normal. Hay espacio sí, pero el mercado de Colón era el mercado de Colón», apunta con nostalgia tras el cambio de ubicación.
Solo en el puesto de Jesús, de bisutería y gafas de solo, reconocen que la jornada de estreno no fue mala. «No ha ido mal el día, se hace todo un poco raro pero nos iremos acostumbrando y cuando la gente sepa que estamos aquí irá mejor».