Adif aporta 2.000 m3 de tierra de la obra del AVE para salvar la Presa del Bernesga

El frente social que empezó a tomar forma el pasado día 27 en una multitudinaria reunión en el salón de plenos de San Andrés del Rabanedo para salvar la Presa del Bernesga comienza a dar sus frutos. Una representación de los alcaldes de los seis municipios que atraviesa esta histórica infraestructura hídrica de 8 siglos se reunirá esta semana con la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) y con la consejería de Medio Ambiente de la Junta en busca de soluciones para una acequia que agoniza después de los destrozos que causó el temporal de diciembre al río que la abastece.

En el molino de Villabalter la sequía de la presa es evidente, al igual que cerca se ve la maleza. DL

No sólo. Cada ayuntamiento se ha comprometido a limpiar su tramo, lleno de piedras y árboles caídos, y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) aportará 2.000 metros cúbicos de tierra de las obras del AVE en la zona para taponar la rotura del Bernesga que impide que entre agua a la presa. También un maderero de Vilecha está dispuesto a encargarse de retirar los troncos que atraviesan el cauce hoy marchitado que está secando,además, decenas de pozos de consumo humano.

El Ayuntamiento de Sariegos aporta, además, una memoria valorada de las obras necesarias para poner en valor una conducción de 38,5 kilómetros que pasa desde la Edad Media por trece localidades de Cuadros, Sariegos, San Andrés, León, Onzonilla y Vega de Infanzones y riega 700 hectáreas. El coste supera los 100.000 euros por los trabajos sobre el río, de ahí la necesidad de implicar a las administraciones.

El Sindicato de Regantes cree «que se va por buen camino para iniciar las obras lo antes posible», e intentará recuperar y actualizar el ceso de regantes para unificar una cuota y organizar la entidad de modo que funcione y pueda preservar la presa en buenas condiciones si la Confederación da el agua.

Establecer unos cupos y horarios de uso del agua, además de una vigilancia para que la presa esté en condiciones una vez que se arregle constituiría el siguiente paso. La idea de regantes, dueños de fincas y políticos es poner en valor el humedal, que da vida a Santibáñez, Lorenzana, Sariegos, Azadinos, Villabalter, San Andrés, Trobajo del Camino, Armunia, Trobajo del Cerecedo, Vilecha, Onzonilla, Grulleros y Palanquinos.

La presa, todo un símbolo del alfoz leonés que ha regado desde el siglo XIII las huertas y fincas de sus casi 40 kilómetros, puede recuperar, además, la variada flora y fauna que le caracterizaba. El presidente del Sindicato de Regantes, Pedro Fidalgo, un enamorado del valor paisajístico, de lo leonés y de la vida que aporta para el campo y los animales esta conducción, espera que los problemas actuales de sequía, arrastre de piedra y maderos no signifiquen el último capítulo para esta gran acequia.

Recuerda que «el último temporal llevó chopos, maleza y otros árboles, amontonó hasta dos metros de piedra e hizo agujeros a tres metros por los que se escapa el agua de nuevo al río. Hay sobre todo tramos muy afectados y secos que suponen un gran riesgo. Si no se actúa ya, la presa se nos muere».

En este humedal florecieron mejillones de agua dulce, toda una rareza llamados también náyade o madreperla de río. Unos moluscos bivalvos que pueden llegar a superar el siglo de vida y los 12 centímetros de longitud. También llegó a tener 20 especies de anfibios y 40 de aves que, a su juicio, habría que intentar recuperar con «un proyecto que salve esta canalización histórica y la vida ligada a ella, porque he visto más de 300 cangrejos señal muertos y los patos y los corzos han huido».

Su agua también hizo funcionar hasta 28 molinos, algunos hoy caídos o arrinconados por la presión urbanística o por el cierre de actividad de la harinera de Alfageme en San Andrés del Rabanedo.