Tribunales
El presunto asesino de Dawry fue al tanatorio a dar el pésame a la familia
La madre del fallecido niega que estuviera metido en líos y que tuviera un alto nivel de vida
La familia de Dawry V. A., el joven dominicano de 25 años de edad cuyo cadáver apareció en un descampado de Villavente el 25 de febrero pasado, asesinado de dos tiros, lamenta que el supuesto asesino se presentara en el tanatorio para mostrar su pesar a la familia del finado, que lo conocía desde su infancia porque habían sido amigos desde la niñez. «Duele mucho saber que se presentó ante mi hermana a darle sus condolencias y por eso queremos pedir que se haga justicia. Dawry no tenía relación con las drogas como han declarado ni tampoco llevaba un nivel de vida elevado», aseguró su madre a este periódico. «Queremos que se limpie su imagen, porque a él lo llevaron engañado el día que lo mataron». Dos personas de origen sudamericano permanecen en prisión por este asunto, un tercer varón de origen leonés abandonó la cárcel recientemente y otras tres personas más se encuentran en situación de investigados, por orden
Desenlace
«Cuando preguntaron al sospechoso si había quedado con mi hijo, ya tenía la cara fría»
Desconoce la madre de la víctima como entabló relación de nuevo con su presunto asesino, del que fue amigo en su niñez: «De eso no me enteré. Yo nunca lo supe. Después del crimen, la gente empezó a hablar y así supe del otro. Dawry vivía en Trobajo, en la casa de la hermana de su novia. Iba a mi casa, comía conmigo en mi piso de la zona de Quevedo y hacía su vida. No había tenido problemas con nadie. Lo único que me dijo es que necesitaba que le prestara 150 euros porque había un problema con una chica que estaba embarazada. No me creí nada y el dinero se lo prestó su hermano. Eso fue en febrero, al principio del mes».
Versiones
«Mi sobrina llamó al que lo hizo y le dijo que no había llegado a la cita, que no sabía nada de él»
El lunes 24 de febrero estuvo por última vez con su hijo: «Lo invité al cine el domingo pero se quedó acostado. Por la noche vinieron sus primos y se fueron por el Húmedo. El lunes vino a mi casa y se fue con un amigo y durmió allí. El martes me llamó su amigo para decirme que se había ido por la tarde y que no había vuelto a verle. Había recibido una llamada, salió y no volvió. Su amigo le llamó al móvil y no lo contestaron. Ahí empezamos a llamarle y nos preocupamos, porque nunca había desaparecido así. Fui a Comisaría y me dijeron que tenía que poner la denuncia y que esperase al día siguiente. Fue cuando la Guardia Civil me vino a dar la mala noticia».
«Mi sobrina llamó al principal sospechoso y reconoció que lo había llamado a mi hijo, pero dijo que no se había presentado y que no había estado con él. Cuando dijo eso, mi hijo ya tenía la cara fría. Y tuvo el valor de ir al tanatorio, firmar en el libro y dar el pésame a mi sobrina. Es lo que más me duele».