DOS SECTORES CON DEPENDENCIA UNO DEL OTRO

Los efectos de la crisis no hacen distinción ni el comercio ni en la hostelería, que van unidos en las consecuencias, como admiten los profesionales de los dos sectores. En León, estos dos epígrafes sustentan buena parte del empleo, por encima de la industria y al margen de los funcionarios. En las imágenes, de izquierda a derecha y de arriba a abajo, Elena y Mari Chachón, en Casa Condeso; Rubén Lera, del Rúa 11; Toño Gómez, en la puerta del Carta Blanca, en el Barrio Húmedo; José Portomeñe, que regenta el surtidor de San Francisco, en pleno centro de la ciudad; Carmen Roberto, tercera generación de un negocio que se abrió en 1923 en la calle Ancha y se cierra ahora en La Rúa; Jorge Carballal, en el estanco de Burgo Nuevo, donde ha abierto de manera ininterrumpida desde el 14 de marzo hasta el pasado fin de semana; y Luis Andrés, uno de los dos hermanos que llevan el quiosco Caramelo, situado en la calle Cervantes, donde la bajada de la caja de los bares se ha traducido también en una merma de sus ingresos. Todos ellos conforman una muestra que resume la actividad económica leonesa un mes después de que se levantara el estado de alarma, tras más de tres meses de confinamiento, apertura condicionadas y restricciones. En sus testimonios coinciden en vaticinar que, pese a lo malo del escenario, cuando pase el otoño será peor.