PATRIMONIO RECLAMADO
Fundos reclamaba inicialmente la propiedad de 33 inmuebles adscritos a la Obra Social y el Monte de Piedad, entre ellos el Centro Cultural de Santa Nonia y el Archivo Histórico de la plaza de Santo Domingo en León. Finalmente siete de ellos no son propiedad de Unicaja, sino que están arrendados, por lo que han sido retirados de la demanda. En las subsanaciones se pasaron a nombre del banco varias fincas en León, Valladolid, Ávila, Palencia, Salamanca y seis localidades más.
La fundación reclama más de 10.000 obras de arte. Unicaja devolvió un millar de ellas a lo largo de 2019. Se trata de 4.010 obras procedentes del Archivo Histórico de Caja España; 3.839 del de Caja Duero; fondos de la Obra Social; 621 cuadros; 1.842 dibujos y 6 libros de la obra pictórica de Zacarías González; 19 pianos de cola y gran cola; 1.642 referencias de bienes muebles y mobiliario del edificio Gaudí; entre otros. La denuncia señala que el proyecto de segregación adolece de «manifiesta deficiencia técnica»y presenta 23 anexos documentales; mientras que Unicaja defiende que todos estos son de su propiedad.
Entre el patrimonio que debía entregarse a la fundación se contemplaba un fondo de tesorería de 40 millones de euros, más 3 millones de dividendos por las acciones del banco, «que nunca han recibido». Se pusieron a disposición en varias cuentas 13,5 millones, por lo que se reclama la diferencia de 26,5 millones. Por otro lado la Obra Social tenía dos deudas de más de 7 millones que no han sido provisionadas. Fundos denuncia «el descuadre en la contabilidad, la deficiente gestión del banco y la ocultación de datos a la Junta».
Fundos reclama también otros elementos inventariados como patrimonio artístico, además de 46 títulos y 60 volúmenes de relevantes obras históricas que no se encuentran en la Biblioteca Archivo de San Eloy en Salamanca. La demanda insiste en el «elevadísimo valor» de los fondos reclamados, algunos incunables, por lo que es imposible hacer una valoración exacta en términos económicos de lo que se reclama. Sí apunta su «íntima vinculación con la Obra Social», no con el negocio financiero.