Nueva polémica
El Ayuntamiento quiere mandar ahora a los ambulantes de Plegaria a San Pedro
Rechaza que ubiquen donde llevan más de 35 años y los separa de los puestos de la fruta
El primer problema fue en Colón. Luego, la discordia pasó al rastro. Ahora, cuando ya se ha acordado la vuelta del mercadillo de los domingos en Papalaguinda, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de León se enzarza con los vendedores ambulantes que tenían espacio en la calle Plegaria como complemento a las frutas y verduras de la Plaza Mayor. Son apenas una docena de comerciantes, muchos de los cuales acumulan 35 años apostados en el mismo entorno, junto a la fachada de la iglesia de San Martín, pero la Concejalía de Promoción Económica, dirigida por Susana Travesí, les ha negado la vuelta a su ubicación con el argumento de que no permite guardar la distancia de seguridad que exige la prevención del coronavirus. Como única alternativa les han ofrecido que se trasladen ellos solos, sin el resto de la oferta que conforma el mercado de los miércoles y los sábados, al aparcamiento de San Pedro, detrás de la Catedral.
Aunque allí «no va ni san Pedro», como expone Aarón Hernández, representante de los afectados. El portavoz de los vendedores relata que, cuando volvió el mercado de la fruta y la verdura a la plaza Mayor, el 3 de junio, les explicaron que «en la primara fase sólo podía ellos, pero que luego ya verían de qué forma» podían incorporarse ellos con la oferta textil. Después de mes y medio de espera, tras ver que ya se daba ermiso para Colón y se recuperaba el rastro, los comerciantes ambulantes solicitaron reincorporarse, «aunque sólo fueran 6 puestos cada día». «Pero ahora nos dicen que nada, que no nos dejan, que con las ampliaciones de las terrazas nos echan», traslada el representante del colectivo, que ayer ya se manifestó en la zona en la que antes montaba los puestos y que el sábado volverá a movilizarse para reclamar que no se les separe del mercadillo de la fruta y la verdura, «como siempre».
medidas para el rastro
Con este nuevo frente abierto, el Ayuntamiento confirmó ayer la reapertura del rastro el domingo, con cerca del 50% de los puestos como solicitaban los comerciantes, pero sin los de antigüedades de la zona baja de Papal a guinda. Entre cada tenderete se guardará «una distancia de dos metros y se establecerá un corredor de acceso de una anchura de siete metros para el tránsito de los compradores». Desde la Concejalía de Promoción Económica de insistió en que «se establecerán controles de acceso y aforo, únicamente los vendedores podrán tocar los productos con guantes de protección y, en la zona de venta, sólo habrá un cliente por cada dependiente».