Economía
«La receta para no entrar en pánico con el ahorro es invertir a plazo»
Azcoitia advierte contra «el divorcio entre los indicadores económicos y el mercado»
«Si invertimos a plazo, no entraremos en pánico». Porque para participar en los mercados actualmente y obtener rentabilidad no hay más receta que «anticiparse y esperar». Imprescindible no sucumbir al «ruido que acompaña las situaciones de crisis», y distinguir las perspectivas económicas del comportamiento del mercado, porque a veces «muestran un divorcio». Para eso es fundamental estar bien asesorado financieramente, y saber que en el tiempo hay volatilidad. Pero en el largo plazo las inversiones ganan.
Son algunas de las recomendaciones que hizo ayer en el Club de Prensa de Diario de León Gonzalo Azcoitia, head of Iberia en Jupiter Asset Management, dentro de la jornada organizada por Andbank y El Inversor Inquieto. Una charla seguida por un reducido número de personas en el Club de Prensa, pero abierta a través de la Edición Digital de Diario de León y El Inversor Inquieto, que la emitieron en directo.
La directora de Andbank en León , María Jesús Soto, advirtió a los inversores que deben de controlar sus emociones en estos momentos más que nunca, y no dejarse llevar por el «mucho ruido ambiental, en ocasiones extremadamente alarmista. Cuando hay mucho ruido, lo que se produce es mucha confusión».
La serenidad
Una apreciación con la que coincide Azcoitia: «El ruido es cada vez más protagonista, y las redes lo amplían». Por ello, recomienda invertir en fondos formados sobre todo por fundamentales. «Y entonces hay que vestirse de pescador, tirar la caña anticipándose (aunque los pescadores de al lado parezca que sacan más, no cambiar ni ponerse nerviosos), y esperar. Puede que durante un tiempo parezca que te has equivocado, pero nadie sabe cuándo van a pasar las cosas».
El gestor insistió en que esta mentalidad no es ajena a los inversores españoles, aunque se ponen nerviosos con los mercados financieros. «Lo hacen con la inversión inmobiliaria, compran y esperan a que se revalorice, no dudan que con el tiempo valdrá más. Pero no confían igual en los mercados».
Azcoitia también llamó la atención sobre la manera de interpretar las situaciones, y recordó la máxima de los estoicos: «No nos hace sufrir lo que pasa, sino lo que nos contamos sobre aquello que nos pasa». Por eso hizo un llamamiento a la serenidad, desde el conocimiento del complejo momento actual.
El gestor de Jupiter señaló que, desde siempre, los inversores quieren la mayor rentabilidad con el menor riesgo posible. «Estábamos acostumbrados a rentabilidades muy altas, en los años 80 hasta del 22%. Pero eso ya no ocurre. Ahora, si se quiere rentabilidad, sólo cabe la fórmula de contar con el plazo y saber que hay volatilidad».
Es así porque «a mayor plazo, mayor tolerancia también al riesgo. Y eso no significa tener que aceptar que a veces se pierde dinero, sino entender que se producen oscilaciones en los mercados y en las rentabilidades».
En este sentido, Azcoitia puso algunos ejemplos prácticos de cómo «hasta el mejor de los fondos de inversión puede tener años malos. Por eso es tan importante el plazo. Y la serenidad, para no salir cuando va mal. Porque al cabo del tiempo esos fondos tienen rentabilidades considerables, y eso es lo que hay que valorar».
El analista reconoció que con lo ocurrido con la pandemia en los últimos meses la situación de la economía y de muchas empresas ha alcanzado niveles peores a los de la Gran Recesión, «el 93% de las economías mundiales está hoy en recesión». Analizó las inyecciones de dinero de los bancos centrales, «una barbaridad en porcentaje sobre el PIB»; y advirtió sobre las decisiones que se toman en función de la situación puntual.
«A veces hay divorcio entre los indicadores económicos y por dónde van los mercados, sobre todo cuando se producen estas enormes inyecciones de dinero. Un dinero que no es productivo». Reconoció que el mundo se ha endeudado enormemente, los estados por los paquetes de ayudas e inversión aprobados durante la pandemia y las empresas, en el caso de EE UU, en niveles de endeudamiento superiores a los peores momentos de la anterior recesión.
Pero, apuntó, «la volatilidad no es mala, si sabes que va a ocurrir. El retrovisor no sirve, hay que sembrar y esperar. Los vaivenes son normales y la volatilidad suele acabar siendo rentable». Advirtió en todo caso de que «anticiparse es mejor que entrar o salir al final de un ciclo»; e insistió en la necesidad de tener visión a largo plazo, sabiendo que «en el camino, siempre nos va a pasar algo».