Adif
Asturias dedicará a abastecimiento el agua del trasvase de la Variante
El desastre de la tuneladora abrió fugas de hasta 500 litros por segundo desde León
No hay marcha atrás con el desastre ambiental que ocasionó la tuneladora de la Variante de Pajares; el trasvase de agua no autorizado de León a Asturias mantiene una aportación que oscila entre los 300 y los 500 litros por segundo, según las medidas tomadas en los desagües del valle de Campomanes, a la salida de los túneles.
En el Principado ya tienen planes para el aprovechamiento hídrico de cauces y escorrentías que antes vertían hacia el Bernesga.
Los municipios del Caudal planean crear una red de abastecimiento a partir del chorro que aparece por la cara norte del túnel ferroviario, después de desaparecer de los manantiales del cordal, que suministraba al norte leonés, a la Tercia, a la comarca de Arbas, al alto Bernesga.
Agua sin retorno
Los acuíferos reventados no volverán por su cauce, y sí servirán para suministrar agua a los concejos de la Comarca del Caudal. La proyección de esta idea ya se ha presentado al Gobierno del Principado de Asturias, para su análisis y su puesta en marcha.
Según informó ayer el periódico La Nueva España, el proyecto incluye una planta de tratamiento para esas aguas y un circuito subterráneo para su distribución hasta las localidades beneficiadas. Lena y Mieres esperan ahora el aval técnico para hacer realidad ese aprovechamiento hídrico, un exceso de aportación que es posible desde hace una década, cuando las máquinas rompieron el cordón umbilical entre los manantiales y las fuentes leonesas.
Conocido el desajuste, Adif contrató un sistema de impermeabilización que lo único que ha logrado es aminorar la cantidad de agua que accede a las galerías; pero no el drenaje del túnel, de los túneles, que como para facilitar el paso del tren, el agua circula por dos conductos. La certeza de este proceso se comprueba en el desagüe habilitado para este río subterráneo que desemboca en Asturias y que los concejos afectados no quieren dejar pasar en dirección al mar.
Están localizados hasta una veintena de puntos en los que se rompió la frecuencia natural del agua, que ahora corre por el desnivel de las dos galerías hacia la vertiente asturiana.
Certeza son los estudios que avalan los descensos piezométricos del nivel del agua; el volumen del daño, que se cuantifica a la salida del tubo que drena el trasvase entre 300 y 500 litros por segundo, según la época del año, la pluviometría y otras circunstancias que acompañan esta aportación de la cara seca a la cara húmeda de la cordillera. Un regalo, que los concejos de Lena y Mieres no quieren dejar pasar de largo.