Prisiones
Interior acerca a Villahierro al segundo etarra en 15 días
Guridi, con condenas de 75 y 30 años, asesinó a dos guardias y a un periodista
El Ministerio de Interior vuelve a pensar en la cárcel leonesa de Villahierro para acercar a presos de ETA. Si el pasado día 17 trasladó a Ángel María López Anta, vinculado con numerosos atentados, entre ellos, en el que falleció una niña de 6 años en Santa Pola (Alicante), ahora y sólo dos semanas después también envía a José Ignacio Guridi Lasa, que acumula condenas de 30 y 75 años de reclusión. Ambos coincidirán en el penal con los también etarras Josu Ginea, Jon Rubenach y Juan Carlos Subijana.
A Guridi Lasa se le atribuye el asesinato del periodista José Luis López de Lacalle hace veinte años cuando el columnista de El Mundo volvía del kiosko. Le tiroteó en plena calle a pocos metros de su casa en Andoain. Su cuerpo se quedó sin vida sobre un charco de sangre y una bolsa con ocho periódicos, incluido el diario aberztale Gara que tantas veces usó la banda terrorista para reivindicar sus asesinatos. Por esa muerte fue condenado a 30 años de cárcel.
Cinco reos de la banda
Guridi llega procedente de la cárcel de Jaén y fue condenado por última vez el pasado mes de noviembre por la colocación de una bomba que no llegó a explosionar en una maceta del alféizar de un adosado de Citruénigo (Navarra) donde creía que vivía un guardia civil. En esa acción formaba parte del comando Totto de ETA.
Además, en su historial consta una condena de 75 años por el asesinato en agosto de 2002 de los guardias civiles Irene Fernández Perera y José Ángel de Jesús Encinas, en Sallent de Gállego (Huesca) al hacer explosión la bomba-lapa colocada en los bajos del Nissan Patrol con el que se disponían a hacer su ronda de vigilancia. El atentado ocasionó la muerte instantánea de Irene, que se convirtió en la primera mujer de la Guardia Civil que murió a manos de los terroristas, y produjo heridas de carácter muy grave a José Ángel, quien murió durante su traslado al hospital.
Atentado en Huesca
José Ignacio Guridi es uno de los 11 presos etarras que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ordenó ayer acercar a cárceles más cercanas al País Vasco, entre ellos al que asesinó al niño Fabio Moreno y a uno de los autores del atentado de la T-4 del aeropuerto de Barajas. En total, el Gobierno de Pedro Sánchez ya ha acercado a 130 presos de la banda. El responsable de la muerte del pequeño, Juan Carlos Iglesias Chouzas, fue condenado en 2003 a 82 años por ese asesinato. A esa pena se sumarían una serie de condenas por un total de 1.407 años de prisión por su participación en atentados contra otras siete personas, seis de las cuales resultaron muertas. Chouzas, conocido como Gadafi , pasará del Centro Penitenciario de Alicante II al Centro Penitenciario de Dueñas, en Palencia, y cumplirá las tres cuartas partes de su condena en febrero de 2030. Interior asegura que ha presentado un escrito reconociendo el daño causado y su decisión de no recurrir nunca más a la violencia.
Interior autorizó el traslado de Manuel Pérez Martínez, conocido como Camarada Arenas , un preso de los Grapo condenado, entre otras, por el Tribunal Supremo en 2009 a 7 años de cárcel por el secuestro y desaparición de Publio Cordón.
Esta nueva serie de acercamientos ha provocado que la Asociación Víctimas del Terrorismo denuncie que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, haya dado «las campanadas» en unas «fechas tan señaladas» con el acercamiento de 11 presos de ETA con delitos de sangre y con el de un «importante dirigente» de los Grapo.