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LOS SOCIALISTAS CELEBRAN PRIMARIAS

Una disputa de diez horas sosegada

La tranquilidad fue la nota predominante de las diez horas de proceso electoral. Ambos candidatos madrugaron. Fernández optó por hacer footing, comer en casa y asomarse a la sede de UGT lo menos posible, mientr

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P. Infiesta/A. G. Puente Redacción - LEÓN.
León

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El presidente de la mesa electoral abrió la primera papeleta a las ocho en punto. El nombre que pronunció ante una sala expectante y silenciosa fue el de Francisco Fernández, como si fuera una premonición del resultado final. Los dos candidatos tuvieron la sangre fría de comenzar a apuntar en una hoja con palotes los resultados. A mitad del escrutinio, Inmaculada Larrauri cerró el bolígrafo sabiendo que ésta no había sido su ocasión. No perdió la sonrisa, al igual que Fernández tampoco realizó grandes aspavientos de satisfacción. Los dos se mantuvieron en su papel de mostrar tranquilidad y de recalcar en sus primeras declaraciones que el proceso había sido democrático y demostraba el buen hacer de los socialistas. A las nueve y diez resonaba de nuevo en el salón de UGT la voz del maestro de ceremonias con los resultados oficiales y... ¡anécdota!. El portavoz del PSOE en el Ayuntamiento y observador del proceso, Miguel Alejo, tuvo que soplarle las palabras finales: «Dí que queda proclamado el compañero Francisco Fernández como candidato». Aplausos y primer abrazo de los contrincantes. Olga Palacio comentó al grupo de Larrauri, «bueno, mañana a trabajar de nuevo», mientras la candidata -que no lloró como Rosa Díez al rivalizar con Zapatero-, regresaba a su asiento agobiada por el montón de llamadas perdidas en su móvil. El teléfono del ganador también echaba humo. Tras su mujer, el primero en felicitar a Paco fue el secretario general José Luis Rodríguez Zapatero, instándole a fortalecer el nuevo PSOE leonés. Así se cerraba una jornada que los dos candidatos vivieron con gran intensidad. Fernández se levantó a las 8.30 horas. Sin romper su rutina diaria, ejercitó el corazón con footing junto al Bernesga. A las 11.30 emitió su voto y, sin ver el partido de fútbol, buscó un remanso de tranquilidad en su hogar para degustar con su mujer una paella. Realizó incursiones fugaces al salón de votaciones. Larrauri comenzó la jornada crucial a las 7.30 horas. Casi no se despegó de la sede de UGT donde se desarrolló todo el proceso electoral. Tan sólo se permitió un café a las 10,20 de la mañana en un bar cercano y una comida junto a personas de su equipo en un restaurante próximo. Los militantes socialistas se volcaron con el proceso. Entre los más madrugadores, Ángel Villalba, que depositó su papeleta naranja poco después de abrirse la urna, a las 10.10 horas. La candidata crítica votó al mediodía. Sólo el fútbol restó protagonismo al goteo de afiliados, que se acercaron hasta la sede de UGT durante todo el día. Para garantizar la independencia del medio millar de votantes se habilitaron dos cabinas con papeletas y sobres con los nombres de los candidatos. Entre el gentío rojo, una ausencia destacada. La de Miguel Martínez, el secretario provincial del PSOE y alcalde de San Andrés, que no apareció en toda la jornada por el escenario de las únicas primarias que celebró su partido en la provincia. Su voz sólo la escucharon telefónicamente algunos participantes.