Un teatro con mucho cuento

El humor, la música, la comedia, y la ilusión son los elementos imprescindibles de los títeres, que deleitan cada día a los más pequeños, que acuden con sus padres al paseo de Papalaguinda. El II Festival Internacional de Títeres ya cuenta con un público fijo que adora a esos pequeños personajes, que ocultan unas manos expertas llenas de expresividad. En esta ocasión hacen reir y bailar a los niños con la obra titulada La fantástica transformación de Mauro Caracol. Dejando de lado los cuentos tradicionales, este guiñol basa su historia en una adolescente un poco protestona llamada Candela, que intenta salvar a su padre, Mauro Caracol, de un terrible peligro. En este caso la malvada bruja se reencarna en una psiquiatra apodada «rompespejos», que intenta apoderarse del mundo con el original método de inyectar a todo el mundo una droga «rompevoluntades». Apoyado en el clásico guión la obra es una caja de sorpresas que provoca la risa de niños y adultos. La peculiar protagonista, cuyo rol se corresponde con el de cualquier adolescente, tiene un gran sentido del humor con el que invita al público a participar en la obra. Los niños que acuden a ver la obra se agolpan debajo del pequeño teatro y gritan continuamente a los personajes para avisar de los peligros ocultos a los protagonistas. Este guiñol no sólo busca las sonrisas de su público, también tiene una finalidad didáctica. Además de la diversión, la obra «La fantástica transformación de Mauro Caracol» pretende inculcar es sus jóvenes espectadores valores como el amor incondicional a los padres, la importancia de la sinceridad y de la amistad. El Festival Internacional de Títeres continuará con su espectáculo durante las fiestas de San Juan y San Pedro. Hoy presentará la obra titulada Linocho y la luna en el paseo de Papalaguinda y mañana los pequeños podrán disfrutar de la historia de El espíritu del bosque.