En los primeros seis meses del 2002 se abrieron 218 expedientes, tantos como durante todo el año pasado
El aumento de la delincuencia juvenil desborda a la Fiscalía de Menores
Los fiscales de menores de León han estudiado 218 expedientes de reforma en la primera mitad del año, lo que supone casi la misma cantidad qu
En los primeros seis meses de este año, la Fiscalía de Menores ha tramitado 218 expedientes de reforma, casi la misma cantidad que en el 2001 en el que fueron 257 los delitos que pasaron a trámite. Una de las razones para este incremento de delitos es el aumento de la edad con la nueva ley, que entró en vigor el 13 de enero de 2001. La nueva legislación considera menores a quienes tienen entre 14 y 18 años (antes era entre 12 y 16). Además, la reforma legislativa hace recaer sobre el menor -o sobre sus padres solidariamente- las consecuencias civiles. Así, mientras antes se llegaba a un acuerdo entre las partes y todo quedaba en una mera amonestación cuando el delito no era muy grave, ahora se agotan los trámites porque, según apuntó Avelino Fierro, fiscal de menores, «hay dinero de por medio». Otro de los inconvenientes de la nueva ley es la obligatoriedad de una intervención letrada en todos los casos. «Esto retrasa mucho nuestro trabajo porque hay veces que ya todo está resuelto y sólo resta que al menor se le asigne un abogado», señaló Fierro. Los delitos que más se tramitan en la Fiscalía son los robos con fuerza, lesiones, hurtos y daños. En menor medida llegan acusados de robos con violencia o de uso y de atentados contra la salud pública y de seguridad de tráfico El interés del menor La mayor parte de los chicos que llegan a los juzgados proceden de familias desestructuradas y de ambiente marginal. «Esos son los muchachos más difíciles de recuperar, pero lo que se busca es el interés del menor, que delinque más por rebeldía que por el valor de los hurtos», comentó Avelino Fierro. La falta de habilidades sociales, de autocontrol o de empatía son algunos de los problemas que presentan estos jóvenes, por eso muchas veces la sentencia les obliga a trabajar en beneficio de la comunidad y se orienta a su reinserción social a través de hogares de acogida. León es la provincia de la comunidad con menos internamientos «porque el centro está en Valladolid, lejos de las familias, y puede ser peor a la larga», destacó el fiscal de menores.