La estación de autobuses leonesa
San Cristóbal
Conocerla, conocerla, seguro que son muy pocos los ciudadanos que lograrían ubicar esta calle en el mapa urbano capitalino, a pesar de que seguramente hayan sido muchas las veces que han cruzado por ella. Otra cosa bien distinta es que a partir de su nombre, San Cristóbal, puede asociarse por pura lógica con un punto muy común y transitado de la ciudad. Desde luego tenemos que agradecérselo al entonces alcalde Luis Diego Polo, quien allá por el mes de noviembre de 1980 aceptó la aprobación expresada en el Pleno de rotular como calle San Cristóbal a la que, comenzando en Ingeniero Sáenz de Miera, concluía en la de Sancho el Gordo. Ahora que ya tenemos orientada su localización, sólo falta decir que transcurre entre dos nuevos edificios de los que en su día estaba muy necesitada la ciudad: la estación de autobuses y el Parque de Bomberos. ¿Se dan cuenta ahora de cuál es la calle de San Cristóbal? Efectivamente es pequeña y de suficiente anchura, y en su casi inadvertido trazado una veintena de robustos y erguidos árboles marcan un puente de transición entre los citados edificios. Casi enfrente y salvando un renovado aunque todavía inconcluso encauzamiento del río se halla la nueva pasarela peatonal, que comunica con el inmediato Parque de Papalaguinda. En el mes de marzo de 1978 se inauguraba el nuevo edificio del Parque de Bomberos, ocupando entonces la concejalía encargada de dichos servicios el edil don Andrés Rodríguez de Bedoya. Venían trasladados desde la castiza y algo obsoleta sede de la calle Julio del Campo, donde se establecieron en 1913 y cuyas dependencias serían destinadas a tanatorio municipal. Volviendo la vista atrás, en 1920 sería municipalizado el servicio de bomberos, siendo su promotor la Sociedad de Seguros contra Incendios. La llegada al nuevo edificio supuso la ampliación tanto de medios como de plantilla, además de la adquisición de unos modernos vehículos de los cuales estaba muy necesitada la ciudad. Pero también nuestro León estaba muy necesitado de una estación de autobuses, conformando un núcleo moderno y funcional que agrupara todo el transporte de comunicación nacional y provincial. Así nació la actual estación, inaugurada sin protocolo alguno un 12 de febrero del año 1990 con la salida a las siete de la mañana de un autobús de la empresa Alsa, con destino a Asturias. La entrada en servicio fue más problemática, ya que los transportistas consideraban muy escasas las 29 dársenas con las que comenzó a funcionar. Por lo tanto y de modo provisional, tuvieron que utilizarse provisionalmente los aparcamientos aledaños al Pabellón de los Deportes.