La mayoría de trasladados son árabes o sudamericanos recluidos por dirigir pateras o traficar con drogas
La prisión duplica su población por la llegada de 200 reos de cárceles del Sur
La macrocárcel provincial ubicada en Mansilla de las Mulas ha duplicado casi su población reclusa en los últimos dos meses por la llegada ma
La prisión leonesa se ha convertido en una torre de Babel, donde conviven reos de 30 nacionalidades diferentes, tras el traslado durante los dos últimos meses de 200 presos que cumplían sus penas en cárceles españolas masificadas. La mayoría de los nuevos internos proceden de los penales andaluces, aunque también han llegado reos de Las Palmas, Valencia y Madrid, según confirman los responsables del centro leonés. La estrategia del ministerio del Interior de redistribuir la población reclusa española responde a un intento de compensar la saturación que viven los penales del Sur por la avalancha de detenidos relacionados con la inmigración ilegal y el tráfico de drogas. Hasta la pasada primavera, la cárcel leonesa acogía a unos 320 presos, la mayoría delincuentes de la provincia o de autonomías cercanas. El traslado de los nuevos reos ha elevado a 520 el número de internos, 20 de ellos, mujeres. Aún así, el centro penitenciario de León sigue infrautilizado, ya que sólo están ocupados ocho de los catorce módulos que se construyeron hace tres años, con capacidad para albergar a más de un millar de internos. La dirección de la cárcel desconoce los planes del Gobierno para Villahierro. En marzo del 2003 se resolverá un nuevo concurso de traslado de funcionarios de instituciones penitenciarias que podría incrementar la plantilla de la prisión. Sólo así, León podría seguir recibiendo nuevos presos dentro de unos límites óptimos de control de la población reclusa, indican.