La solidaridad de la caja única garantiza las prestaciones
Los expertos que han realizado el trabajo sobre el envejecimiento en Castilla y León subrayan que de no ser por la solidaridad de la caja única de la Seguridad Social -las provincias no pagan sus pensiones con las cotizaciones de sus ocupados- figuraría entre las comunidades incapaces de «mantener las prestaciones del estado de bienestar con su actual nivel de empleo». Pero el aumento del número de afiliados a la Seguridad Social hasta las cifras ideales para alcanzar el equilibrio entre quienes pagan y quienes reciben es imposible que se produzca con la actual situación demográfica. Si León necesita 90.000 empleos, en Castilla y León la cifra necesaria para acercarse a la ratio de dos trabajadores ocupados por cada pensionista es de 320.000 nuevos cotizantes. «De ahí la importancia de la inmigración», subraya Alfredo Hernández, sobre todo teniendo en cuenta que «nuestra comunidad sigue perdiendo población en edad de cotizar a la Seguridad Social por la emigración que aún sufrimos». La tasa de ocupación femenina -añade- también está alejada de la media nacional y «la población ocupada está envejeciendo, como consecuencia de la escasa capacidad que tiene la economía de Castilla y León de incorporar jóvenes trabajadores al mercado laboral». Los esfuerzos para la creación de empleo han de dirigirse también hacia «los jóvenes, especialmente los universitarios, y las mujeres, muchas de las cuales no participan en el mercado de trabajo». La situación de la Seguridad Social -insiste el doctor en Ciencias Políticas- depende más de la «política económica que de la situación demográfica» y esta falta de vitalidad económica debe ser la preocupación principal de los políticos.