Caja España tuvo casi 56 millones de beneficio en el primer semestre

Caja España batió en el primer semestre de este año el record de captación de ahorro, superando por primera la cifra de 12.000 millones de euros, lo que, unido a un incremento no menos espectacular en la contratación de hipotecas y créditos personales o a las pymes, permitió saldar el balance con un beneficio bruto de 55,9 millones. Sólo la crisis de las bolsas impidió que estos resultados pudieran doblarse en cuantía, al perder la cartera de valores de la Caja más de 20 millones de euros frente a revalorizaciones que sumaban 25 millones entre enero y junio del año pasado. Según el balance hecho público ayer por Caja España, «respecto a su posición competitiva la entidad mantiene el puesto número diez en el ranking de cajas de ahorros españolas, tanto en lo que se refiere a volumen de depósitos administrados coo a financiación proporcionada a clientes». «El control de riesgos y la gestión del balance», se añade, «han hecho posible que estos aumentos de la inversión sean compatibles con una mejora sostenida de los ratios de calidad de riesgo (...) y, de hecho, la tasa de morosidad se matiene por debajo del uno por ciento como en los doce últimos meses, mientras que los fondos de insolvencias superan ampliamente el volumen de los riesgos dudosos y morosos, resultando una tasa de cobertura de más del 225%». El margen ordinario de operaciones -diferencia entre remuneración de depósitos y cobro de intereses por créditos- es la clave de los buenos resultados del primer semestre, sumando casi 177 millones de euros, lo que supuso un incremento del 12,4%. Por el contrario, los costes de explotación entre gastos generales, de personal y amortizaciones propias, apenas registraron un aumento del 5,5%. El índice de rentabilización de recursos, que apenas llega al 5% del volumen de dinero administrado, se corresponde basicamente con los resultados de otras entidades financieras, tanto privadas como públicas, aquejadas en sus balances por las pérdidas de las bolsas, arrastradas, a su vez, por las crisis internacionales en las dos Américas. En previsión de que la cuenta de resultados pudiera haber sido peor con un agravamiento de la desaceleración económica en España y Europa, la Caja dotó con 12,2 millones de euros el fondo de saneamiento por insolvencias, que ya el año anterior contaba con una aportación voluntaria de casi quince millones más. Al final del primer semestre sólo hubo que hacer frente a fallidos por valor de poco más de 2,6 millones de euros, cinco veces por debajo de lo previsto en el peor de los supuestos y muy por encima de las exigencias del Banco de España.