Diario de León

Casi 3.000 testigos de Jehová se reúnen en León para celebrar su «Asamblea de Distrito»

A la búsqueda del estímulo espiritual

Entre cánticos y discursos, entre oradores y fieles ha transcurrido el primer día de la Asamblea de Distrito de los testigos de Jehová que se ha celebrado en

La asamblea de Testigos de Jehová abarrotó ayer el Palacio Municipal de Deportes

La asamblea de Testigos de Jehová abarrotó ayer el Palacio Municipal de Deportes

Publicado por
Bardón Turuelo Redacción - LEÓN.
León

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A partir de las diez y media de la mañana de ayer, 3.000 personas comenzaron a acercarse al Palacio de los Deportes con una Biblia en una mano y una tarjeta en el pecho que les identificaba como testigos de Jehová. Cada año celebran una Asamblea de Distrito en la que se reúnen para «instruirse en la palabra de Dios y compartir unos días con sus hermanos en la fe». Esta edición el título es Celosos proclamadores del Reino. Los asientos del pabellón estaban ocupados por creyentes con las Sagradas Escrituras abiertas entre los dedos; en el centro -sobre el parqué- los oradores y colaboradores. Niños con sus padres, mayores y pequeños, ancianos y enfermos se dieron cita para «encontrar estímulo y poner en práctica las enseñanzas de la Biblia». Así, desde Valladolid, llegó Arturo Cortijo, testigo desde 1962, hace 40 años, y prsente en numerosas asambleas desde entonces. «En los primeros años no podíamos reunirnos en España y lo hacíamos en Roma, Bruselas o Burdeos. La libertad de religión no llegó hasta 1972». Algunos de los miembros que viene de fuera (Pucela, Zamora, Salamanca o Palencia) se quedan todo el fin de semana que dura la concentración en León, otros, como el salmantino Santiago Díez, van y vienen cada jornada. «Estamos aquí para recibir instrucción bíblica y encontrar estímulo espiritual», apuntó Díez, «es muy estimulante examinar la Biblia a la luz de los tiempos». Pero también se acercaron al Palacio de los Deportes los testigos de las congragaciones leonesas. Como Laura Fernández que llegó de la mano de su madre. «En mi colegio sólo mi hermano y yo somos testigos, hay días que nos hacen muchas preguntas y otros se olvidan de que no somos tan diferentes». Asamblearios de todas las clases sociales se unieron en un ambiente de tranquilidad, lejos de la vorágine de otras citas deportivas, el Palacio se convirtió en un bastión para la paz. «Una de las frases que se oyen después de cada asamblea es: la de este año ha sido la mejor». «Siempre ha habido poca información sobre nosotros», apuntó Álvaro Fernández, bautizado hace cuatro años, «la gente piensa que somos una secta y se sorprenden, al conocerte, de que no seamos bichos raros». Hoy, una decena de testigos será bautizada y se convertirán en hermanos de pleno derecho.

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