Una granja de conejos pierde más de mil crías por el humo y los ruidos

La primera sensación a la hora de entrar en la granja de conejos que se vió afectada por el fuego de ayer es una bofetada del nerviosismo de los conejos. Los criaderos de gazapos son tradicionalmente lugares donde la paz y la tranquilidad son protagonistas pero ayer el fuego y, sobre todo, el humo cobraron una triste relevancia. Unos días antes el veterinario se había acercado hasta esta granja ubicada en la zona del Camino para inseminar a la conejas y el dueño incluso instaba a sus familiares a que no se acercasen a los criaderos o no alzasen la voz para que la gestación transcurriera sin problemas. Así que el incendio de ayer se convirtió en una tragedia para estos tres mil conejos, asustados por el ruido de los helicópteros que se acercaban a acabar con las llamas, los bomberos, los guardias y los vecinos. Al estar el cunicultor ausente nada pudo hacer por las hembras que estaban preñadas y que con seguridad perderán a sus crías, echando a perder la temporada de su dueño. De todas maneras, fue providencial la intervención de un familiar que, rápidamente, puso en funcionamiento los extractores de humo evitando mayores consecuencias. Así, aproximadamente un millar de conejas, con una imagen visiblemente deteriorada debido al stress y el nerviosismo por el humo y el alboroto, se han visto dañadas perdiendo a sus gazapos. Los daños en los animales son irremediables y los económicos aún no han sido cuantificados ya que el dueño de la finca no se encontraba en ella y no pudo dar una cifra concreta de las pérdidas de la explotación.