Norte y sur de la vieja ciudad cuentan aún con varias vías muy deterioradas a la espera de nuevo pavimento URGENCIAS URBANÍSTICAS EN EL CASCO HISTÓRICO
La rehabilitación de veinte calles pendientes precisa otros 7,2 millones
El largo proceso de rehabilitación de las calles y plazas del casco histórico de la capital
Aprovechando el comienzo este otoño de las obras de rehabilitación de la segunda fase del Camino de Santiago urbano en la capital -plazas de Santo Martino y Puerta Castillo y varias calles del barrio de Santa Marina- a cargo del «1% Cultural» y de las arcas municipales, el Ayuntamiento quiere dejar cerrada la reforma de todas las vías del casco histórico. En este sentido, el concejal de Obras, Luis Blanco, indicó ayer que ya ha encargado a la ute adjudicataria del contrato de mantenimiento de la ciudad (Sufi-Corsán/Corvián) la redacción del proyecto para la rehabilitación de siete calles y dos plazas del casco histórico norte, no incluidas en ningún plan financiado, como ha ocurrido con las dos fases del Camino de Santiago urbano. Se trata de las vías Cardenal Landázuri, San Pelayo, Pablo Flórez, Arvejal, Convento, Santa María, San Albito y las plazas del Vizconde y San Pelayo. Explica, además, que en la remodelada pavimentación de estas calles se colocarán en los laterales pequeñas placas de bronce de 10x10 con símbolos de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Igualmente, el edil subraya que la definición del uso de cada calle viene definida en el Plan Especial del Casco Histórico, donde se especifica su tratamiento según de trate de una vía exclusivamente peatonal o de coexistencia con vehículos. Blanco comentó también que las obras de este plan se plantean a largo plazo e insiste en la dificultad de los trabajos ante la estrechez de las vías y los problemas derivados con la presencia de múltiples colegios. Respecto al casco histórico sur, todavía restan diez calles por ser rehabilitadas: La Rúa, Cascalerías, Azabachería, Corta, Cuesta de Castañón, Santa Cruz, Tarifa, Puerta Sol, parte de La Sal y Hospicio. Estas vías contarán con un pavimento similar al utilizado en Domínguez Berrueta. Para acometer la reforma de estas vías pendientes en la zona norte y sur, el Ayuntamiento precisará invertir al menos 7,2 millones de euros en los próximos años, teniendo en cuenta que cada metro cuadrado rehabilitado -incluido la renovación de las canalizaciones- supone un importe de 3.000 euros (medio millón de pesetas), por lo que cada calle supondrá un coste superior a los 400.000 euros (70 millones de pesetas). Además, en otoño las brigadas municipales de obras comenzarán a adoquinar el corral de Villa Pérez, siguiendo con el proyecto de rehabilitación de todas las vías del casco histórico de la capital. La intención del concejal de Obras, Luis Blanco, es realizar la pavimentación de la veintena de calles pendientes a través del contrato de conservación de la ciudad. Este contrato fue adjudicado en algo más de 7,5 millones de euros (1.250 millones de pesetas) hasta el año 2004. Por otra parte, Blanco resaltó ayer que en el concurso para la adjudicación de las obras de rehabilitación de la segunda fase del Camino de Santiago se ha introducido la utilización de hasta ocho materiales diferentes. Cree que esto romperá la homogeneidad con la primera fase y provocará una imagen de descoordinación en las actuaciones, además de provocar un problema para los almacenes municipales que deberán disponer de todos estos materiales para reponer desperfectos. «Pediré que se reduzcan los materiales para que se consiga la mayor uniformidad posible».