El joven será procesado por tenencia y fabricación de explosivos y por causar lesiones a cinco personas
El fiscal solicita 13 años para el acusado de enviar sobres explosivos
José Manuel de la Fuente, el varón detenido el pasado 22 de enero como presunto autor del envío de 17 cartas que al abrirlas hacían explotar
Ocho meses después de la detención de José Manuel de la Fuente por enviar cartas explosivas, el fiscal del caso ya ha calificado los hechos. El joven, de 22 años, ha sido acusado de un delito de tenencia y fabricación de explosivos penado con siete años de cárcel, al que se suman dos años por un delito de tenencia de armas, cuatro por un delito de lesiones consumadas y más de un año de arrestos de fin de semana por las lesiones que los artefactos generaron a otras cuatro personas. La Audiencia Provincial de León juzgará en otoño a De la Fuente, que ya conoce el palacio judicial porque fue condenado a una pena de trece años por el parricidio de su padre en 1989. En aquella ocasión se determinó que padecía esquizofrenia paranoide y las penas de cárcel le fueron sustituidas por la reclusión en un centro penitenciario psiquiátrico. Precisamente, cuando salió de las instalaciones de Alicante comenzó a urdir una venganza contra los leoneses que, en algún momento de su vida, no le alojaron, no le facilitaron el material que precisaba o no dijeron lo que él esperaba oír, según estima el fiscal. En la sala de ascensores de un inmueble ubicado en el paseo de Salamanca fue acopiando tornillos, puntas de cerilla y bolígrafo, escuadras y pintura. Elaboró, según la investigación, unos artilugios caseros que demostraban gran imaginación y capacidad para la ingeniería, y que ocasionaban una explosión de baja intensidad al abrirlos. El artefacto era una cajetilla plana de puritos y adornado con pintura púrpura para tapar la marca. Diecisiete leoneses recibieron el artefacto oculto en un sobre blanco de correo. Algunos no llegaron a explotar, otros ocasionaron pequeñas lesiones en las manos a cuatro personas y en un ojo a una señora que vive al final de la avenida Padre Isla, muy cerca del domicilio de la madre y la hermana de De La Fuente. La mujer ha perdido visión y como secuela le ha quedado una cicatriz en la parte derecha de la frente. El forense que ha examinado al acusado, que permanece en prisión provisional desde el 22 de enero por orden del juzgado de Instrucción número 2 de León, no ha constatado que la alteración de e la Fuente sirva de atenuante en su conducta. En su escrito, señala que e joven «distingue el bien del mal», y también constata que manifiesta una fuerte conducta anti-social. El forense alude a la «peligrosidad alta del varón», su obsesión por las personas que conoce y su mente privilegiada para la elaboración de artilugios originales. De hecho, es conocido por haber estudiado en el centro de FP Don Bosco.