El pulmón de la ciudad

El jardín de la Escuela Superior y Técnica de Ingeniería Agrícola esconde en su interior lo que se puede considerar como joyas botánicas debido a la peculiaridad de las especies que lo forman. En una extensión de aproximadamente 15.000 metros cuadrados se concentran más de 80 especies forestales de lo más peculiares. Este jardín botánico se creó hace más de treinta años bajo la iniciativa del por aquel entonces director del centro Isidoro Aguado Jolis-Smoliski. Aunque la escuela comenzó a funcionar en 1967 fue un año después cuando se trasladó a los terrenos donde está ubicada actualmente, y en 1970 surgió la iniciativa de crear el jardín. Herminio Fernández, secretario de la escuela hasta hace tres años, recuerda cuando el antiguo director tomó la decisión de crear un jardín botánico en los terrenos pertenecientes a la escuela universitaria. «Era un enamorado que rebuscó y rebuscó especies peculiares por diversos viveros de España», asegura el ex secretario. Así, durante más de treinta años las especies han crecido en un jardín que no ha recibido más cuidados que la imprescindible limpieza y retirada de los desperdicios producidos por el uso de los estudiantes. La intención de la Escuela de Ingeniería Agrícola es según explica el actual director, Juan Antonio Boto, reformar las infraestructuras actuales del jardín botánico, que no ha sufrido ningún cambio desde su creación en 1970. Para este fin se han destinado en el presupuesto de este año 72.000 euros (aproximadamente 12 millones de pesetas). El objetivo que se persigue es reformar la infraestructura de los caminos del jardín y la reposición de las fuentes y bancos que forman parte del botánica y que se encuentran en un estado de abandono. Además, se pretende añadir más especies forestales para ampliar el jardín bótanico. También se incluye dentro de este presupuesto la implantación de un sistema de riego que abarque todo el jardín, ya que hasta el momento no existe ningún sistema de regadío. La falta de una infraestructura de riego no ha afectado al desarrollo de las plantas que han formado parte del jardín desde el primer momento, ya que son especies que se han adaptado perfectamente al hábitat. Joyas botánicas Este jardín fue realizado en 1970 por un coste de aproximadamente 238.385 pesetas. En esta cifra se incluyeron el precio de las plantas que lo forman. Entre ellas se encuentran los tilos plateados, cedros del Líbano, thuyas del Canadá, magnolia grandiflora, kentia, bilbergia, tulipaneros de Virginia, sequyoa gigante, chamerops excelsa, cacsus baccata, abies excelsa, laureles piramidales, ficus variegata evoninus dorados, cedro azul y tejos de Irlanda entre otras. Con la reforma del botánico se pretende también identificar cada especie del jardín, además de plantar otras nuevas con el fin de ampliar este pulmón. Herminio Fernández insiste en la necesidad de conservar esta parte de la escuela ya que «es una herencia que recibirán los futuros alumnos y profesores de la facultad. Es un patrimonio que hay que cuidar».