«Si León se queda fuera del grupo Antibióticos, es difícil que sobreviva»

-¿Qué es Antibióticos hoy? -El 100% del capital pertenece al grupo Edison, que está participado mayoritariamente por Fiat, además de más otros inversores finacieros. La actividad de Edison es fundamentalmente la energía, por tanto todo lo que no sea energía ha sido vendido o lo será. Después de comprar Montedison, se vendió Koipe y otras empresas. Únicamente quedan por vender Tecnimon, de tecnología, y Antibióticos. -¿Cuáles son los mecanismos de funcionamiento de Antibióticos? -Es un grupo complejo geográficamente con núcleos en España, Italia y China, y es líder en su sector. Hacemos penicilina, cefaloesporina y derivados y antitumorales para el mercado genérico y multinacional. Un mercado complejo por la competencia asiática y por la organización que debe ser eficiente, rápida y de bajos costes. -¿Cómo fue su entrada en el mercado español en una empresa que no estaba precisamente en alza? -La reorganización respondió a la necesidad de adaptarse al mercado reduciendo las escalas intermedias. La situación en el año 1999 era absolutamente desastrosa. Los precios cayeron y no había beneficio. -¿Cómo se actuó entonces? -Había que aumentar la eficiencia reduciendo costes y salieron, entre España e Italia, 600 personas. Aumentamos la producción, redujimos costes y con un tercio del personal produjimos hasta un 50% más. Este año la productividad se estima en unos 320 millones de euros, como en el 2001. En dos años hemos reestructurado el negocio y saneado el grupo. -¿Qué producción y cuántos puestos de trabajo hay en León? -Antibióticos en España se dedica a la penicilina donde trabajan 450 personas, en Italia -que produce antitumorales y cefaloesporinas-, 800, y en China, 250 trabajadores. La facturación total es de 310 millones de euros y el margen operativo de 50. -Si el negocio es tan próspero, ¿por qué vender? -Sólo energía... Es una cuestión de estrategia. El accionista es Electricité de France. -¿Se va a poner como condición de venta que se respeten los compromisos con los 36 trabajadores en paro destinados a Vitatene? -Probablemente serán más. Esto es un contrato firmado y el comprador deberá respetar lo negociado por los anteriores propietarios por motivos legales. La plantilla de Vitatene será de unas 50 personas, el resto se buscará en el mercado laboral o en el propio Antibióticos. -¿Y por qué no vender cada empresa por separado? -Funcionamos como grupo, con sinergias por el hecho de serlo: las ventas y el I+D están centralizados. Hay tres cabeceras especializadas pero coordinadas, cada delegación apoya a otras: finanzas, compras, personal... -¿Si piensan vender, para que seguir con la inversión en Vitatene? -La experiencia nos dice que el proceso es largo. Este que se ha iniciado hace un año lleva otro de preparación. Siempre he mantenido ante el accionista que aunque la planta esté en venta, no debe ver frenado su desarrollo. Y el accionista ha respetado los planes estipulados. Como consecuencia de la Opa, en julio del 2001, se bloqueó la deuda y yo mismo fui a discutir con el nuevo accionista seguir con los antiguos proyectos, como Vitatene. -Por la particular historia de Antibióticos muchos ven más viable una oferta nacional... -Antibióticos está unido y separado de la multinacional. No tenemos interés en la especulación, no es nuestro negocio. Si León se queda fuera del grupo, con penicilina solamente, es difícil que sobreviva. El capital nacional va muy bien pero hay otros factores. Estamos trabajando en crear un nuevo clima de confianza. La decisión de continuar con Vitatene, en vez de cerrar, es prueba de ello. Se tiene que hablar con los hechos y trabajar por el interés de la compañía y no el personal. -¿A qué se dedicará específicamente la planta? -El producto de Vitatene es el betacaroteno, aunque se ha diversificado. Es un colorante naranja en pequeña cantidad. Al aumentar la dosis -en pastillas- pasa a ser una vitamina. En el proceso de inversión en la planta