Sanidad retomará la reforma de Primaria para salvar el déficit de plantilla y recursos

La Consejería de Sanidad retomará este 2021 la reforma de Atención Primaria que ya había planteado el año pasado, pero que quedó en suspenso por la irrupción del coronavirus. Tras comprobar la eficacia de este primer escalón asistencial para contener la pandemia, el filtro que ejerce para no saturar los hospitales y las nuevas tareas que han sumado sus profesionales, la Junta ve urgente una reordenación que salve la escasez de plantilla y de recursos.

En León, las 340 unidades de médicos y enfermeros atienden 3,3 millones de consultas de media cada año en 28 centros de salud y 600 consultorios dispersos por un escarpado y amplio territorio. El gerente de Atención Primaria en León, José Pedro Fernández Vázquez, reconoce que faltarían 30 facultativos y la misma cifra de enfermeros, pero en un panorama nacional de bolsas a cero por la escasez de profesionales formados «hay que hacer el cesto con los mimbres que tenemos».

Él plantea cambiar el modelo que se está aplicando y que ve obsoleto para modernizar la Sanidad y ser más eficientes apoyándose en la telemedicina, la teleasistencia y la cita previa, aunque sabe que significa enfrentarse a las costumbres. No obstante, cree clave abrir ya ese diálogo para explicar a los pacientes y a los alcaldes cómo «ser altamente resolutivos en la atención sanitaria» adaptándose a la realidad de León.

Una radiografía que muestra un envejecimiento de la población que se traduce en enfermos crónicos y pluripatológicos, dispersión geográfica, pérdida de vecinos sobre todo en el entorno rural y unos recursos técnicos y humanos limitados con los que se intenta la multiplicación milagrosa de «los panes y los peces» para cubrir la provincia.

En su reflexión sobre los problemas de Primaria en León y el modo de solventarlos, Fernández Vázquez propone un mapa que pivote sobre los 28 centros de salud actuales como cabecera y que potencia y mejora como novedad entre 211 y 250 de los 600 consultorios locales para reconvertirlos en pequeños centros de salud (uno al menos por municipio). Para ello apuesta por dotarlos con nuevas tecnologías, conexión a internet, un electrocardiograma, un aparato de espirometría y un acceso permanente al Hospital.

También sumaría a la plantilla médica y de enfermería de esos mini centros de salud, que denomina Consultorios Municipales de Salud, un auxiliar administrativo y un trabajador social compartido con cada Ayuntamiento.

Optimizar recursos

«La filosofía es que lo que puede hacer un administrativo no lo realice una enfermera y que lo que pueda hacer una enfermera no lo haga un médico para optimizar recursos», explica. De hecho, el administrativo se encargaría de recibir las llamadas y citar. De modo que si una persona avisa de que está enferma, se lo comunica a la enfermera, que acudirá al domicilio con una tecnología portátil (electrocardiograma, espirometría, analítica...). Tras efectuarle las pruebas traslada los resultados al médico, que puede tomar cinco decisiones: que el paciente se quede en el domicilio con un tratamiento, ir a verlo, pedir que lo traigan al consultorio o al centro de salud principal donde también hay ecógrafo.

Por su parte, el papel del trabajador social sería estar pendiente de las citas de las persona mayores, «de que tomen sus medicinas, que estén estables, comprobar qué comen o si van al baño para que siempre estén cuidados». Eso descongestiona también los centros, porque en días normales el grueso de las citas son para recoger recetas, no para tratar a las personas.

Fernández Vázquez considera que «hay que crear puentes de unión entre Sacyl y los ayuntamientos, porque la población está envejecida y su asistencia es tanto social como sanitaria. Ya no vale decir ésto no es mío, los traslados a esos centros son competencia de sanidad o de los ayuntamientos, porque todos debemos colaborar y reforzar el servicio real, de cercanía y eficaz a los ciudadanos».