Audiencia Provincial
Condenado a dos años de prisión por tocamientos a la hija de un amigo suyo
Evita el ingreso en la cárcel porque la pena está justo en el límite necesario para suspenderla
La Audiencia Provincial de León condenó a una pena de dos años de prisión a un varón, acusado de un delito de abusos sexuales sobre una adolescente de trece años, hija de un amigo suyo.
La cuantía de la pena llega justo al límite establecido para poder suspender el ingreso del condenado en la cárcel.
Reacción
De acuerdo al apartado de hechos probados de la sentencia, el día 19 de agosto de 2016, sobre las 13.00 horas, la menor se personó en un huerto que el acusado , mayor de edad y sin antecedentes penales a efectos de reincidencia, tenía en las afueras, con la finalidad de recoger hierbas para un conejo que la había tocado en una feria, siendo entonces cuando el acusado, movido por un ánimo libidinoso y con la excusa de que la menor se acercara a coger peras de un árbol, la agarró con una mano por el cuello, mientras que con la otra la tocó y rozó la vagina por encima del pantalón, al tiempo que la decía « me gusta lo que tienes ahí», reaccionando el acusado diciendo a la niña «no se lo digas a nadie, no me quiero llevar con tu padre, no te lo voy a hacer más».
Ante ello, la menor se puso muy nerviosa y comenzó a llorar, intentando separarse del acusado, lo que finalmente consiguió, echando a correr hasta donde había dejado la bicicleta, abandonando luego rápidamente del lugar, al tiempo del lugar, al tiempo que le insistía: que el acusado la decía: «No se lo digas a nadie, no me quiero llevar con tu padre, no te lo voy a hacer más».
Versión opuesta
Esta versión de la menor, coincide con lo declarado en la vista por la compañera sentimental del padre de la menor, que señaló que tenían buena relación de vecindad con el acusado; que recibió dos llamadas telefónicas por parte de este, para que la menor fuera a su huerta a recoger comida para el conejo y que, en la segunda llamada, el acusado la dijo que era mejor que la niña fuese sola para que no se enterase su mujer.
También explicó que cuando la niña regresó a casa llegó muy alterada, muy nerviosa y llorando, diciendo que el acusado la había tocado con las manos en sus partes; que entonces llamó a la Guardia Civil.
Prestó también declaración el padre de la menor, que manifestó que él se encontraba trabajando y que le había llamado por teléfono su compañera sentimental y que, al llegar a casa, ya estaba presente la Guardia Civil y que su hija estaba con un estado de ansiedad, pánico y llorando.
Por su parte, el acusado manifestó que en la huerta había cogido la mano de la adolescente, mientras que con la otra mano la daba manzanas de un arbol que la niña se debió de haber asustado, se pudo a llorar y salió corriendo, cogiendo la bicicleta y marchando, mientras que él la decía que no se asustara, que no la iba a haber nada malo, negando haberla tocado la vagina por encima del pantalón.
León
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Miguel Ángel Zamora
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Redacción