«Al lado del cadáver había un casco de moto y desapareció del sumario»

José María, hermano del fallecido, lamenta con impotencia la imposibilidad de demostrar que la muerte de su hermano no fue un suicidio: «Era un tema tabú, no se volvió a hablar del caso, pero claro... era la Operación Nécora. Ya sabíamos lo que había allí».

«Yo tenía 18 años en aquella época y a mi hermano fue a ciegas. He intentado investigar. Mi padre siempre me dijo que estaba todo arreglado pero lo que quería era que a mí no pasara nada», explica el familiar del difunto, también guardia civil profesional.

«Nos engañaron como a chinos. Lo fuimos llevando a varios abogados y todo el mundo nos dijo que hasta que la Guardia Civil no quisiera esclarecerlo, no se iba a poder hacer nada», asegura.

Lo que más lamenta es el trato que recibió su padre: «Engañaron a un hombre que no sabía leer ni escribir. Preguntamos por las muestras y no recibió nada. Al lado del coche en el que murió mi hermano había un casco de moto abandonado y la puerta del copiloto estaba abierta. Pero de eso la investigación no dice nada».

«Me he sentido impotente», asegura. «He intentado llegar a instancias superiores para demostrar que el atestado es pésimo. No me han hecho ni caso. Tengo fotocopias de los periódicos de aquellos días. Habían contratado a portugueses para matar a Portabales. Mi hermano no pudo suicidarse porque se iba a presentar a la academia de fiscales».