Las 114 muertes en carretera en los últimos cinco años costaron 100 millones de euros

Las 114 víctimas mortales registradas entre los año 2015 y 2020 tuvieron un coste ligeramente superior a los 100 millones de euros para la sociedad leonesa, de acuerdo a los datos revelados en un informe de la Fundación del Instituto Tecnológico para la Seguridad del Automóvil (Fitsa), que considera que entre seguros, pérdida de producción, reparaciones de daños materiales, adaptación de infraestructuras, gastos sanitarios y demás, cada fallecido viene a comportar un gasto de 880.000 euros para la sociedad leonesa. El año pasado, las carreteras de León sumaron dieciséis fallecimientos a causa de accidentes de tráfico. En lo que va de año, se ha registrado un siniestro mortal.

El sufrimiento personal de las víctimas de los accidentes graves de tráfico no puede nunca expresarse en términos económicos. Ninguna cantidad de dinero puede compensar la pérdida de un familiar cercano o una invalidez permanente. Pese a ello, el instituto (apadrinado por la DGT y el Real Automóvil Club de Cataluña entre otros) pretende aportar otro punto de vista.

«Este nuevo, original y valiente enfoque pretende ofrecer las pautas para calcular el impacto general que sobre la economía de un país tienen los siniestros de circulación, utilizando para ello métodos de cálculo utilizados ya en otros países. Conocer el valor de lo que se destruye será de gran ayuda para valorar los beneficios que suponen las inversiones en seguridad vial», explica Pere Navarro, director general de Tráfico.

León registró 29 muertos en el año 2015, el peor de la serie. Fueron 10 en 2016, 13 en el año 2017, 21 en 2018 cuando se inició un repunte que continuó en 2019 con 25 y que dio paso a un recorte de la siniestralidad en 2020 con 16 fallecidos. A día de hoy hay un muerto, el registrado en el choque de un vehículo contra un camión en la localidad berciana de Camponaraya, cuando a estas alturas del año pasado aún no había ninguno.

Tres métodos de cálculo

Existen básicamente tres métodos para calcular los costes humanos asociados a los accidentes de tráfico. El basado en las indemnizaciones medias pagadas por las compañías aseguradoras a las víctimas de accidentes o a sus familiares, el método del capital humano el cual se basa en calcular las pérdidas productivas y, en ocasiones, añadir un cierto porcentaje a los costes resultantes para con ello representar el dolor y el sufrimiento humano asociado a los accidentes de circulación y finalmente el de la disposición al pago también denominado de la «valoración contingente» o de las «preferencias declaradas o reveladas», basado en encuestas en donde se pregunta a los entrevistados qué cantidad de dinero estarían dispuestos a pagar para beneficiarse de una determinada reducción en el riesgo de sufrir un accidente. El método de la valoración contingente tuvo sus primeros desarrollos en el campo de la valoración de bienes medioambientales, para extenderse después al ámbito de la seguridad y la salud de los individuos.

En general, el método es utilizado para asignar un valor económico a aquellos bienes que no son de mercado, es decir, aquellos que no pueden valorarse acudiendo al mercado libre para conocer su precio de compra y de venta.

El estudio valora económicamente el beneficio económico que supone la prevención de una víctima mortal, así como la prevención de lesionados de diferente gravedad. Ello permite poner en relación el coste y la efectividad de cada medida de seguridad vial con los beneficios derivados de la prevención.