«Es un orgullo para mí seguir el legado de mis abuelos»

El pueblo tira mucho y, eso, es lo que ha vivido en sus propias carnes Natalia Ordóñez, ingeniera agrónoma y tecnóloga de los alimentos, que decidió volver a Geras de Gordón a desarrollar su vida laboral en su empresa familiar, Embutidos Entrepeñas. «Tras varias experiencias laborales en el extranjero, trabajando en empresas alimentarias de muy diversa índole, una experiencia en la Comisión Europea (en la Dirección General de Agricultura), así como varias temporadas de vendimia en distintos lugares; decidí que echaba de menos mi tierra, que quería volver a nuestras raíces, llevar nuevas ideas y conocimientos a casa y dar a conocer al mundo el producto con el que mis primos, hermanos y yo nos habíamos criado y que tanto gustaba en todas partes del mundo». Desempeñando su labor mitad presencial y mitad teletrabajando, asevera que «es un orgullo para mi poder seguir el legado de mis abuelos». «Tengo claro que por mucho que nosotros luchemos por la zona, contra la despoblación y por esta empresa, nunca será ni la mitad de lo que lo hicieron mis emprendedoras favoritas, mis abuelas y mi madre, que son las mujeres que me dieron el mejor ejemplo», destaca Natalia; que agrega: «así que a ellas les debemos continuar luchando y demostrando que nada se nos pondrá por delante, ni siquiera una pandemia mundial». «No cambiaría este pueblín con tanto encanto por ninguna gran ciudad con todas las prestaciones del mundo», resalta.