Los ‘coworking’ permiten compartir gastos, experiencias y sinergias en una oficina global
«Vienen para cambiar de aires y diferenciar el espacio laboral del ámbito personal, si trabajas en casa todo queda mezclado. Aquí puedes relacionarte con otras personas, disponer de todos los medios y participar de sinergias con el encuentro con trabajadores y empresas de distintos ámbitos, también vivir otras experiencias», relata Edgar de la Rubia, gerente de Espacio San Martín (imagen izquierda), un coworking con aire ‘hispter’ en el casco antiguo. Manifiesta que algunos clientes han prescindido de su oficina, la deslocalizan, y trabajan aquí de forma temporal o permanente. El precio de un puesto fijo son 90 euros al mes, más iva. Cuenta con sala de reuniones, un área de eventos, una salita de encuentros y cocina.
Espacios comunes de trabajo, últimas tecnologías de conexión digital, impresoras, escáner, material para presentaciones, además de servicios básicos (energía, calefacción) y la posibilidad de trabajar cerca de personas que comparten actividad, con las sinergias que conlleva, hacen de los ‘coworking’ los nuevos anfitriones para trabajadores autónomos. Un fenómeno que llegó a la ciudad no hace muchos años y que comienzan a proliferar, aunque la pandemia también ha hecho mella en su negocio ante las restricciones de aforo y el temor a frecuentar espacios cerrados por miedo a contagios.
«Antes de la pandemia estaba siempre lleno, ahora sufrimos sus consecuencias», lamenta el propietario de Coworking León (imagen derecha), un centro abierto en 2017 en Ramón y Cajal. Eloy Rojo comenta que además de contar con autónomos, también acuden allí en empresas para realizar formación a sus trabajadores a través de la organización de cursos o para mantener reuniones, en el caso de las que no tienen sede en León.
Disponen de un espacio común con una veintena de puestos, con distintas tarifas según servicio demandado. Contar con un puesto fijo supone 160 euros mensuales, y un despacho durante el mismo tiempo 350. Y si únicamente el despacho quiere utilizarse para un rato, con el objetivo de recibir un cliente o mantener una entrevista, son 11 euros a la hora. «Nos los alquilan cuando quieren dar buena imagen a sus clientes, a los que no van a recibir en casa». Dispone de ‘office’ con cafetería.