El declive de un ecosistema laboral
El teletrabajo y la crisis de la pandemia aceleran el cierre en cadena de oficinas
Una media de 200 dan de baja su alquiler al año en León obligadas a reducir costes y lastradas por la competencia en Internet
El declive del mercado de alquiler de oficinas no arrancó con la pandemia, la tendencia a abandonar estos locales comenzó ya a sumar significantes cifras de bajas dos años antes, cuando la media por ejercicio se acercó a las 200, en una decadencia que la crisis sanitaria y la desbandada de sucursales bancarias han agravado. El auge del teletrabajo —impulsado aún más con el coronavirus—, la necesidad de los autónomos de reducir gastos y la enorme competencia de servicios prestados a través de empresas en Internet lastran el mercado, afectado además por la decisión de un importante porcentaje de utilizar la Red como plataforma exclusiva de negocio, han provocado que la oferta de alquiler de oficinas vea mermar año a año su clientela.
«Es cierto que en 2020 se cerraron muchos locales, entre ellos oficinas, pero no más que otros años. Hubo también el año pasado muchísimos acuerdos entre propietarios y arrendatarios para rebajar el precio del alquiler ante la situación de crisis por la pandemia y el parón del confinamiento», explica el gerente de la Cámara de la Propiedad Urbana, Miguel Ángel Sánchez Fraile. Asegura que desde 2018 dan de baja su contrato de alquiler entre 650 y 700 negocios, el 30% de ellos oficinas, mientras que el 70% estaban arrendados por comercios y hostelería.
Autónomos que se mudan
Y es que la mitad de los autónomos —León suma en estos momentos 35.817— reconoce estar «en serias dificultades» para salvar su actividad después de que el pasado año el 80% vieran cómo su facturación se redujo respecto a la de 2019. Según la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), además, el 60% de ellos cifran el desplome de su negocio por encima del 60%.
Revolución laboral
En la provincia son cerca de 5.000 los autónomos (prácticamente el 15% de todo el colectivo) los que por su actividad precisan oficina. Aunque los elevados gastos de alquiler y mantenimiento y la creciente competencia de servicios prestados por Internet han obligado a un notable porcentaje a prescindir de un espacio externo para trabajar y optado por su propia casa como lugar para ejercer su labor profesional. Ejemplos de este fenómeno al alza se encuentran en sectores como la información y la comunicación; el marketing; actividades financieras y seguros; inmobiliarias; profesionales científicos y técnicos; organización de viajes y actividades de ocio; prestación de servicios a domicilio o tareas administrativas. Como casi el 60% prevén que su facturación vuelva a caer en 2021, la disminución de plantilla, para aquellos con trabajadores, será una realidad.
Realidad actual
«Debemos coexistir con el teletrabajo que se ha implementado y fomentado durante la pandemia», subraya el presidente de ATA en Castilla y León, Domiciano Curiel. Reconoce que los gastos fijos de explotación de un negocio que precise oficina lastran al autónomo en un momento como el actual, con caída de ingresos y bajada de consumo. «El futuro pasará por combinar durante la semana labor presencial y teletrabajo; tendrá un impacto muy fuerte sobre los locales y oficinas de las ciudades y el precio de los alquileres».
Los servicios de empresas a través de Internet «compiten con la labor presencial de muchos autónomos en oficinas, con una repercusión de costes grande, pero la cercanía al cliente también tiene ventajas a la hora de ofrecer un servicio de calidad y personalizado».
Digitalización obligada
Curiel realiza una llamada de atención a la pérdida de autónomos en la Comunidad, el mes pasado restó el 30% del total que se perdieron en España. Y aviso a navegantes, sobre todo a las administraciones: «Hay que ponerse las pilas, no podemos estar en caída libre; somos los que generamos más empleo y actividad».
Imagen: MARCIANO PÉREZ
Desde la Asociación Leonesa de Oficinas y Despachos —integrada en la Fele—, su presidenta, Noelia Rodríguez de Celis, también insiste en que «el teletrabajo ha venido para quedarse; hay oficinas que han recortado costes en su local y hay otras empresas que ni siquiera la necesitan, su ordenador es la oficina». En este apartado cita, a modo de ejemplo, actividades relacionadas con el marketing, la comunicación, la gestión de páginas web, redes sociales y otros servicios digitales.
La pandemia ha revolucionado el modo de trabajar y la relación con los clientes. Recalca que las gestorías digitalizadas previamente no han tenido problemas de adaptación para realizar todos los trámites telemáticamente, pero «avasalló» a los que no estaban preparados, a los que «ha desbordado y superado». La presencia ya habitual en las ciudades de los conocidos como ‘coworking’ son una buena solución para los autónomos que «no necesitan oficina, están solos y pueden compartir gastos y servicios».