Sindicatos
UGT alerta de que más de 300 contratos del personal sanitario están en el aire
El sindicato denuncia que la consejería ya ha prescindido de muchos trabajadores de refuerzo
La continuidad del personal de refuerzo que firmó el Sacyl en plena escalada de la pandemia no está garantizada más allá del 31 de marzo. Ayer expiraron los contratos de muchos de esos trabajadores sanitarios —alertaron los sindicatos— y desde la consejería todavía no han confirmado si renovarán la vinculación laboral de las 161 enfermeras, 154 auxiliares, dos matronas y 21 celadores que están en esa situación de temporalidad en la provincia.
En la UGT se temen que por «razones económicas» prescindirán, «como han hecho otras veces», de estos recursos humanos aduciendo que ha bajado la presión hospitalaria y la incidencia del virus, algo que rechazan desde la organización que dirige en León Enrique Reguero. «Todo recae sobre los hombros fatigados de la plantilla. Ya está abierta la atención primaria, lo que aumenta la carga de trabajo, igual que la campaña de vacunación. También se quiere reducir la lista de espera quirúrgica, que, según parece, es lo único que importa a los políticos, pero eso implica más pruebas diagnósticas», avisó ayer Manuela Caño, delegada sindical y enfermera de Primaria con más de 36 años de carrera. «Hay un agotamiento importante dentro del colectivo», añadió.
Temporales
Su compañera en la UGT, Patricia Mateos García, que también está en la primera línea, va un poco más allá y asegura que muchos de los contratos del personal de refuerzo «no se han renovado». Señala que han reducido efectivos en todas las categorías, pero sobre todo entre los Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería. Exigen a la Administración autonómica que «cubra todas las necesidades» y no escatime esfuerzos «porque hay recursos suficientes en la bolsa de empleo».
Critican, además, que personal de enfermería tenga que elaborar las guías asistenciales de las vacunas cuando «esa función podría hacerla un auxiliar administrativo». Creen que ese condicionante ralentizará el ritmo de vacunación cuando haya las dosis suficientes. «Tenemos que llamar uno a uno a los mayores de ochenta años, explicarles donde tienen que ir y en muchos casos convencerles para que se la pongan», describe Manuela Caño, quien reclama a la Consejería de Sanidad que «de una vez por todas» cumpla los compromisos sellados en la mesa sectorial e instaure la jornada de 35 horas semanales, «que nos denegaron a pesar de que estaba firmada», reprocha.
Agotados
Del mismo modo exigen la paga íntegra de Navidad que aún les deben y que se cubran todas las vacantes porque «la gente tiene que cogerse sus días de vacaciones y esta situación ya es insostenible», avisó.
Se sienten «maltratados» por la Administración y piden «respeto» para todos los profesionales que se «dejan la piel» a pesar de que «tenemos que aguantar lo que no está escrito», subraya Manuela Caño, que insiste: «Que se hagan menos PCR porque ha bajado la incidencia no quiere decir que trabajemos menos».