A tamborileo diario por la calle Príncipe
Los vecinos de la calle Príncipe buscan nuevas ventanillas a las que acudir para reclamar el final del tormento diario al que les condena el resultado de la reforma del paso inferior para salvar el ferrocarril en ese tramo de vial. La entrada más fluida al barrio de la Sal, parte de una renovación integral de estructuras ferroviarias dependientes de los nuevos enlaces que tendrá la capital leonesa, se ha reestrenado con una secuencia de balizas y de sistemas de retención de velocidad que frena a los coches y, a la vez, machacan la paz del barrio. Hay un tamborileo incesante que se reproduce cada vez que un coche supera el paso inferior; un runrún que se multiplica de forma exponencial entre los muros de la depresión de la calle y se eleva multiplicado en decibelios hasta las viviendas que dan vista a la zona. Las quejas vecinales han caído, todas, en saco roto. | dl