Sin alarma, sin medidas, sin cuidado
Las principales ciudades del país vivieron la primera noche del fin de estado de alarma con una preocupante falt
a de medidas de seguridad por parte de miles de jóvenes, que salieron a las calles a festejar el final del estado de alarma olvidando que la pandemia está muy lejos de ser doblegada.
Miles de personas se lanzaron anoche a las calles, principalmente Madrid y Barcelona, al grito de "libertad" para celebrar el fin del estado de alarma bebiendo y bailando en las primeras aglomeraciones nocturnas como si de una Nochevieja se tratara y obviando la pandemia, porque "había ganas de salir".
La primera noche sin estado de alarma ni toque de queda -salvo en Baleares y Comunidad Valenciana- fue una multitudinaria fiesta improvisada protagonizada principalmente por jóvenes que querían festejar así el fin de meses de restricciones que les habían llevado al cansancio y al hartazgo por no poder juntarse por las noches.
Eso sí, en la mayoría de ciudades no hubo que lamentar incidentes graves ni intervenciones de la policía más allá de las habituales en una situación como esta.
Anoche no hubo espacio para el silencio ni las mascarillas y sí para el alcohol, la música a tope en plazas y parques, los bailes, los cohetes, los petardos y los abrazos entre los participantes.
Con cuenta atrás incluida, la fiesta se apoderó de las principales plazas del país en donde se vio una relajación de las restricciones que, en muchos casos, fueron más allá de lo que significaba el fin del estado de alarma llegando a quebrantar las limitaciones de reuniones y las prohibiciones de beber en la calle.
Eso pasó en Madrid, donde a partir de la medianoche comenzó una multitudinaria celebración de miles de jóvenes que parecían festejar de modo anticipado San Isidro, el día 15, patrón de los madrileños, cumpliendo así el temor del Gobierno regional y del Ayuntamiento de Madrid a que una parte de la ciudadanía se lanzase a la calle.
Plazas como Chueca, Dos de Mayo, Malasaña o la Puerta del Sol fueron tomadas por miles de jóvenes consumiendo alcohol en grupos de más de seis personas y sin guardar la distancia interpersonal ni, como ya se anticipaba, acatar el toque de queda que regía por una hora entre las 23 y las 00.00 horas por lo que podían ser multados.
Varios agentes confesaron a Efe no comprender este comportamiento "incívico" después de lo que se ha vivido en Madrid, ciudad en la que anoche se dio rienda suelta al alcohol al grito de "libertad".
Eran escenas propias de una Nochevieja pero en plena pandemia, pues el estado de alarma no ha supuesto el fin de la covid-19 aunque en lugares como Barcelona se festejara que "¡se acabó el covid!".
Porque Barcelona anoche compitió ferozmente con Madrid. Aquí no solo hubo cuenta atrás desde los balcones como si fuera fin de año sino que se lanzaron petardos y se dio un exhibición de insensatez.
La primera noche, que rozó lo surrealista, anticipa lo que a partir de ahora está por venir: el fin del estado de alarma y el inicio del estado de armarla, como circulaba por redes sociales.
En el paseo del Born, plaça dels Àngels o Gràcia hubo poca mascarilla y mucho alcohol aunque lo más excéntrico se vivió bajo el Arco de Triunfo, donde se dio paso a lo más parecido a una discoteca en mucho tiempo: jóvenes bailando agolpados con botellines al aire y sin mascarilla en el passeig Lluis Companys -irónicamente, frente al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC)-.
Tampoco Euskadi se quedó al margen. Allí, centenares de personas se dieron cita en el Casco Viejo en Bilbao, en la Parte Vieja de San Sebastián, en la Plaza de la Virgen Blanca de Vitoria, y también en las playas de la costa vasca. Del mismo modo sucedió en las calles de Santander, en su mayor parte jóvenes de entre 16 y 30 años.
Con este escenario, la fuerzas de seguridad se vieron obligadas a intervenir para evitar botellones y aglomeraciones de personas arrojando unas cifras que atestiguan el ritmo que tomó la noche en estos lugares en los que se intensificó el número de agentes.
En Madrid, hubo más de 450 intervenciones por parte de la Policía Municipal que debió desalojar la Puerta del Sol ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos, con escenas que el alcalde, José Luis Martínez-Almeida ha tildado de "lamentables".
Igualmente en Barcelona, 6.500 personas fueron desalojadas en 31 puntos de la ciudad por formar aglomeraciones y no cumplir con las medidas para evitar contagios en una noche que el teniente de alcalde de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, definió como "muy intensa" aunque "previsible" con "imágenes preocupantes" y un comportamiento de "absoluta irresponsabilidad".
Sin bajar el tono, el líder del PSC en el Parlament y exministro de Sanidad Salvador Illa ha pedido "responsabilidad" y que se respeten las recomendaciones sanitarias porque, aunque se haya acabado el estado de alarma, "la pandemia continúa".
En Palma de Mallorca, donde sigue vigente el toque de queda, 16 personas fueron detenidas y cuatro agentes resultaron heridos durante los altercados en una concentración en la Plaza de España de unas 300 personas contrarias a las restricciones por la covid-19.
Pero no toda España vivió esta primera noche con la misma exaltación que Madrid y Barcelona. En Logroño, Zaragoza, Oviedo y Gijón la situación fue mucho menos tensa y con pocos altercados.
Tras la resaca que ha dejado la primer noche sin estado de alarma, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha apelado este domingo al valor de la unidad para seguir haciendo frente al virus y para lograr la recuperación económica en un mensaje en Twitter con motivo de celebrarse en esta jornada, 9 de mayo, el Día de Europa.
No hace referencia explícita el jefe del Ejecutivo a la nueva etapa que se abre en España tras el fin del estado de alarma, pero sí recalca que "nuestra acción común ha sido clave frente al virus y lo será también ahora que iniciamos la recuperación".