Casi 4.000 leoneses siguen en un Erte a pesar de que ya no hay estado de alarma

La provincia aún tiene a 3.770 trabajadores afectados por un expediente de regulación temporal de empleo. Son 112 menos que a finales del mes de abril, cuando todavía estaba activo el estado de alarma y las restricciones eran bastante más duras. Los datos que ayer actualizó el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social reflejan un comportamiento positivo respecto a la reactivación de la economía en León, aunque el cierre interior de la hostelería en la capital o Ponferrada, también en municipios más pequeños, lastra la recuperación del sector que más ha notado los efectos de la pandemia.

De hecho, el 29,8% de los ertes se dan actualmente en empresas relacionadas con servicios de comida y bebida, según la información que facilita el Gobierno. Otro 17,7% involucran a hoteles y todo tipo de alojamientos turísticos. El comercio y las agencias de viaje también presentan una incidencia alta. No obstante, el número de personas en un Erte se ha reducido notablemente desde el pasado 1 de marzo, cuando había en León 7.229 afectados, casi el doble que ahora, aunque muy lejos de los 22.000 de finales del mes de abril del año pasado.

En estos momentos solo el 3,22% de los 116.944 afiliados a la Seguridad Social sigue con la jornada suspendida. En la mayoría de los casos es por la limitación de la actividad que se deriva de las medidas decretadas por las autoridades sanitarias para contener al virus. Esa misma tendencia se repite en el resto de España, que por primera vez desde que se decretó el estado de alarma baja de los 600.000 trabajadores en un erte.

Concretamente, a fecha 11 de mayo, hay 598.729 personas en esta situación. En estos once primeros días del mes más de 42.000 empleados han vuelto a sus puestos. Un año atrás, cuando la mayor parte de la población estaba encerrada en sus casas y la economía se encontraba semiparalizada, esta cifra se multiplicaba con creces por cinco. La pandemia provocó una situación tan inédita y sin precedentes,que en apenas un mes llegó a haber más de 3,6 millones de empleados en Erte. El pico se alcanzó el 25 de abril de 2020, en pleno confinamiento estricto, cuando se superaron los 3,6 millones. La previsión del Gobierno es que con el acelerón en las vacunas pronto se consiga bajar del medio millón, aunque aún así más de 415.000 ocupados tienen una suspensión total de empleo.

La inmensa mayoría de los 600.000 afectados disfrutan de exoneraciones en las cotizaciones sociales, pero no así los 179.931 que pertenecen a las antiguas modalidades de Erte, las anteriores al 1 de octubre, y no tienen descuento en sus cuotas. Más de la mitad, concretamente 245.574, son trabajadores que se encuentran en un expediente con bonificaciones especiales para sectores ultraprotegidos y su cadena de valor, mientras que 19.692 se registraron por impedimento de la actividad y 153.444 por limitación de la misma.

De momento esta herramienta continuará activa hasta el 30 de septiembre, aunque todavía no se sabe en qué condiciones. El Gobierno quiere bonificar a la reactivación de los empleados inmersos en un expediente de suspensión temporal.