Empresas
Ovejero aceptó 300.000 € de Labiana cuando ya negociaba con Zendal
La Junta pide al propietario que ponga sobre la mesa una solución que respete los acuerdos
Labiana y Laboratorios Ovejero están condenados a entenderse. Las dos empresas tendrán que resolver sus diferencias después de que el CEO de la compañía leonesa rompiera las negociaciones de manera unilateral cuando la firma se daba por hecha y tras anticipar el que iba a ser el comprador bastante dinero —dos millones según los sindicatos— para adquirir materias primas y pagar los salarios de los trabajadores, a los que se les adeudan diez nóminas.
No hay de momento ninguna solución cerrada, a pesar de las intensas reuniones —acabaron a las ocho de la tarde— que se celebraron ayer en la Junta para intentar arreglar un conflicto que desembocó en una huelga indefinida. Todos apuntan a Juan Pablo Ovejero, al que le exigen que desbloquee una situación que ha generado él mismo. Se lo pidió el viceconsejero Carlos Martín Tobalina antes de entrar a la reunión de la Fundación Anclaje y se lo volvieron a solicitar los sindicatos. También los empleados, que le recibieron con una sonora pitada cuando llegó a la sede de la Administración autonómica.
Le acusan, incluso, de haber engañado a los representantes de Labiana, que ayer estuvieron en León para participar en la mesa de trabajo y que habían alcanzado en las semanas previas un acuerdo con todas las partes que zanjaba de una vez por todas la falta de liquidez que amenaza el futuro de la compañía, con una deuda superior a los doce millones de euros. En el último momento, Juan Pablo Ovejero dio marcha atrás y abrió una nueva vía.
Tobalina preside la reunión de la Fundación Anclaje . RAMIRO
La plantilla recibe entre aplausos a la cúpula de Labiana. RAMIRO
«Durante las reuniones hemos conocido un tema importante. Juan Pablo Ovejero llamó al Grupo Zendal el día 6 de mayo para decirle que rompía las negociaciones con Labiana y que iniciaba con ellos un nuevo proceso, pero al día siguiente Labiana puso 300.000 euros para comprar materias primas. Es de una golfería absoluta», reveló Evelio Angulo, responsable de Industria en UGT, quien acusa al propietario de la empresa leonesa de ocasionar un problema «innecesario» porque todo estaba resuelto el día 7. No obstante, confía en que se pueda ejecutar finalmente el traspaso, a cualquiera de los dos compradores interesados, para que la plantilla empiece a cobrar sus nóminas y se mantenga la actividad en la fábrica leonesa, con más de setenta años de trayectoria.
Igual de «sorprendidos» con la actitud de Ovejero están en la Junta, que medió desde un principio a través de la Fundación Anclaje. «Hace trece días, Juan Pablo Ovejero nos trasladó que solo faltaba la firma, pero su postura ahora nos causa mucha sorpresa y pone en peligro la solución que ya teníamos entre seis partes que son fundamentales», recordó el viceconsejero de Economía y Competitividad, Carlos Martín Tobalina, quien dejó claro que el laboratorio arrastra «problemas financieros muy graves» y avisó de que la liquidación y el concurso de acreedores previo serán inevitables si no llega ya un inversor industrial que se haga cargo de la compañía. «La Junta tiene un acuerdo cerrado con otras cinco partes, a falta solo de la firma, y si alguien lo rompe unilateralmente será responsable de traer una solución que sirva para todos», advirtió en relación a la propuesta de Zendal.
En la diana
UGT cree que «el problema de esta empresa se llama Juan Pablo Ovejero»
Más duro fue el director general de Labiana. Manuel Ramos, que fue recibido entre aplausos de la plantilla concentrada en la Junta, acusó ayer al Grupo Zendal de «entrometerse de manera bastante poco ética» en el acuerdo alcanzado con Laboratorios Ovejero, que ya estaba «hecho y firmado». Aseguró antes del encuentro de la Fundación Anclaje que agotarán todos los resortes políticos y legales para forzar al CEO leonés a que cumpla lo pactado y venda la empresa. Recordó que es «evidente el apoyo unánime de la plantilla a un proyecto que ha empleado mucho trabajo y mucho dinero» para devolver «la ilusión» a la fábrica.
También apelaron a la responsabilidad del propietario desde la Defensoría de la Comunidad Universitaria de la Universidad de León, «profundamente vinculada» a Laboratorios Ovejero. «Expresamos nuestra preocupación por la angustiosa situación económica y social de la empresa y, muy especialmente, de los trabajadores y sus familias. Instamos a la parte empresarial a que suscriba los acuerdos necesarios para propiciar la estabilidad del empleo y de la producción industrial dentro de la provincia. Deseamos que la relación con la Universidad mantenga una sinergia que ha contribuido al desarrollo de Laboratorios Ovejero», subrayaron.