La Universidad crea una aplicación para que la hostelería optimice espacios y evite contagios

Con el fin del estado de alarma y la relajación de las restricciones en la hostelería, el interior de bares y restaurantes vuelve a estar operativo en la capital leonesa y en el vecino municipio de San Andrés, como ya ocurría en el resto de la provincia. Mientras, las terrazas siguen como fenómeno al alza en los núcleos urbanos y máxima preferencia de los leoneses a la hora del consumo en estos establecimientos. Eso sí, las limitaciones de aforo continúan, también la distancia de seguridad entre mesas y los problemas a la hora de optimizar los espacios para lograr el mínimo riesgo ante posibles contagios covid.

Una aplicación diseñada por el grupo de investigación de Sistemas Inteligentes para Fabricación (SINFAB) de la Universidad de León, cuyo estudio está a punto de ser publicado en la prestigiosa revista científica internacional Applied Sciences , ayudará a bares, restaurantes y hoteles a optimizar sus espacios, preservar la distancia y evitar así contagios.

El laboratorio para poner en práctica esta investigación fue el salón Esla del Hotel Conde Luna. «A través de los algoritmos genéticos podemos optimizar la distribución de mesas en este tipo de espacios, con el objetivo siempre de conseguir la seguridad necesaria a través de la distancia y lograr también el máximo rendimiento», explica el ingeniero aeroespacial Rubén Ferrero. Este trabajo sigue la estela del que el grupo realizó y publicó hace unos meses dirigido a los colegios con la misma filosofía: sacar el mejor rendimiento a cada aula con el mínimo riesgo para el contagio covid.

«Un día viendo la televisión hablaban de los límites de aforo en las aulas y me di cuenta de que era un campo de acción muy interesante para nosotros», asegura el joven ingeniero, cuyo trabajo de fin de grado precisamente versó sobre la optimización del posicionamiento de balizas en los vehículos autónomos.

Tras el desarrollo del estudio para las aulas, también observaron la necesidad del sector hostelero de maximizar su espacio ante las restricciones de distancia impuestas por la normativa covid. «La inteligencia artificial nos permite el uso de la computación y abordar determinadas tareas a través de la evaluación de los problemas con distintas técnicas», recalca el profesor de la Escuela de Ingenierías Javier Díez. La clave —aclara— , cuando existen muchas posibilidades para combinar espacios, como en el caso de la hostelería, reside en que no pueden probarse todas y a través de la inteligencia artificial se consigue una aproximación optimizada en un tiempo de computación razonable.

«Los hosteleros nos cuentan que se rompen la cabeza con el metro a la hora de pensar cómo colocar las mesas y a sus clientes, sin entorpecer el paso de los camareros, y buscar las condiciones ideales para la distribución», subraya Ferrero. En el algoritmo desarrollado se introducen parámetros como el plano del espacio, el número de mesas y el límite de personas que puede albergar, así como las dimensiones del lugar, «y logra la máxima optimización con mínimo riesgo».

Y todo con los algoritmos de optimización, de la mano de su rama de los poblacionales evolutivos y la subfamilia de los genéticos. «Con esta metodología de búsqueda —afirma el profesor Javier Díez— las distintas alternativas compiten entre sí para ver quién de ellas sobrevive como potenciales soluciones a la distribución de las mesas; gana quien mejor se adapta al problema planteado. Únicamente sobreviven los mejor adaptados». Pura teoría darwiniana.