Protesta
Los sindicatos denuncian que Ovejero se traslada a Madrid y el CEO lo niega
Trabajadores y comité acusan al propietario de maniobrar para deslocalizar la actividad
Juan Pablo Ovejero negó ayer que haya trasladado la sede social de su empresa a Madrid, como denunciaron los sindicatos nada más terminar la caravana reivindicativa que recorrió las principales calles de León durante dos horas para apoyar a la plantilla, en huelga indefinida. «No sé porque comunican cosas que nada tienen que ver con la realidad. El domicilio social va a seguir en León. Nadie ha planteado su cambio. El Grupo Zendal —con el que negocia desde el 7 de mayo— quiere mantener la actividad y los puestos de trabajo», aseguró el propietario de la compañía, quien no quiso entrar en más detalles a pesar de que horas antes trabajadores y representantes sindicales le acusaron de «maniobrar para deslocalizar» la producción de la fábrica leonesa, dedicada desde hace más de setenta años a la elaboración y distribución de productos veterinarios. Lo llamaron «sinvergüenza» y censuraron una vez más la actitud del CEO de Laboratorios Ovejero, que arrastra problemas de liquidez desde hace tiempo. Le exigen la «firma inmediata» del contrato de venta al Grupo Labiana, con el que —según recordaron— existía un principio de acuerdo que Juan Pablo Ovejero rompió de manera unilateral pocas horas antes de cerrarlo. Esta misma versión la dio la Junta. También reclaman el pago de los salarios atrasados y que se cumplan los compromisos.
No obstante, el CEO de la empresa justificó ese paso atrás, y el inicio de las conversaciones con Zendal, porque Labiana —según subrayó— se saltó el preacuerdo y «cambió constantemente la parte legal y de responsabilidades».
El «culpable
Si bien, sus argumentos no convencieron a la plantilla, que lleva en huelga indefinida desde el lunes 17 de mayo. Tampoco los comparten lo sindicatos ni el comité de empresa. De hecho, ayer mismo, Comisiones Obreras y UGT convocaron una caravana de protesta para respaldar a los ochenta trabajadores que dependen de forma directa del laboratorio. Fue en ese escenario donde revelaron que Juan Pablo Ovejero había trasladado la sede social de la compañía a la capital de España, extremo desmentido horas después por el aludido en conversación telefónica con Diario de León.
«Ha engañado a la opinión pública», reprocharon desde los sindicatos, que no entienden como el propietario ha «hecho saltar por los aires» un acuerdo que beneficiaba a todas las partes.
En este sentido, tanto los acreedores como los empleados habían aceptado el compromiso del Grupo Labiana para liquidar esas diez nóminas en un tiempo razonable y enjugar la deuda con un calendario de pagos que permitiría relanzar la actividad de la factoría. El que iba a ser el comprador puso en torno a dos millones de euros, según apuntaron. Acudirán a los tribunales si no se firma el traspaso de la propiedad.
Los trabajadores están a favor, tal y como demostraron ayer durante la manifestación. Todas las pancartas que exhibían los coches iban en contra del propietario, al que ven como al Pequeño Nicolás de León. Le piden que firme y se vaya, «pero a Mansilla», exigieron los afectados.