El apoyo de la Diputación despeja la amenaza que pendía sobre el Inbiotec

Los empleados de Inbiotec ven a finales de esta semana un panorama bien distinto al que amenazaba su futuro inmediato hace sólo siete días. La intervención de la Diputación de León esta semana da un giro radical al límite; y lo que era un final sin remedio posible, torna a esperanza.

Las últimas reuniones con la administración concursal que gestiona la quiebra del instituto investigador han terminado por despejar las dudas; las inmediatas,, que pendían como una amenaza manifiesta para la compañía. Los investigadores mantienen el ritmo habitual de trabajo con la liberación que supone conocer que no pende sobre ellos la amenaza del cierre. La administración concursal no se plantea ahora este extremo; en la variante, ha debido de incidir el compromiso de la Diputación d e León para evitar con disposición económica el proceso de liquidación. Un apoyo económico extraordinario que servirá para revocar una vía financiera que condenaba a un final funesto al principal referente investigador de León.

Esta declaración voluntaria de quiebra ha servido para dar foco de actualidad a un instituto que lleva treinta años en primera línea de investigación, que tiene proyección internacional, que cuenta con demanda de actividad desde una ingente cantidad de países que son potencias en el I+D y que se ha ganado un prestigio incuestionable en los conciertos de la ciencia a nivel internacional. Por eso, hay pocos países punteros en la investigación que no cuenten o hayan contado con becados e investigador en el centro Inbiotec de la Granja.

De igual forma, esta crisis pone de manifiesto en abandono que la investigación padece en León por el olvido de las administraciones mayores, que tienen a esta provincia en la cola de sus referencias inversoras. El Inbiotec llegó a la quiebra luego de superar diez años de desierto de ayudas públicas directas y a base de subsistir con financiación privada, que gana con concurso en concurrencia en Europa. Más de 2,8 millones de euros frente al olvido institucional. En una de las ala del Instituto se lee con letra gorda el manifiesto de defensa de la ciencia en León. Aún es posible, parece.