Los primeros peregrinos desperezan el Camino
El alivio de las restricciones anima la peregrinación a Santiago, aunque los números aún están muy lejos de los que se registraban antes de la pandemia. Apenas hay extranjeros y casi ningún asiático o norteamericano
El Camino de Santiago se despereza con el alivio de las restricciones, pero el flujo de peregrinos que atraviesa León aún está muy lejos de las cifras que se registraban antes de la pandemia. «Cada día hay más», reconocen desde los albergues —no están todos abiertos—, aunque apenas llegan extranjeros. Hay, sobre todo, españoles y prácticamente ningún asiático o norteamericano.
De todas formas, las expectativas son buenas de cara al mes de julio, pero, de momento, la caída de la facturación ronda en algunos negocios el 90%. O incluso más en aquellos alojamientos que dependen del Camino y no han abierto sus puertas desde marzo de 2020, cuando la emergencia sanitaria despejó el trayecto.
«Los números actuales no están a la altura de las expectativas», reconoce Javier Gabela, gerente del albergue San Francisco de Asís, uno de los que más movimiento tiene en la capital. En condiciones normales, por estas fechas, recibían a unos 2.000 peregrinos al mes y ahora no pasan de veinte.
«Muchos deciden salir desde León, eso sí lo estamos notando. De atrás vienen muy pocos. Tampoco hay extranjeros, cuando antes llegaba mucho italiano, francés o alemán», apunta el responsable de esta residencia, quien confía en que a partir del verano la situación mejore notablemente si todo continúa como hasta ahora. «Cuando la gente esté más vacunada y se reabran las fronteras veremos una subida y esperamos que agosto sea ya un buen mes», apunta.
Una radiografía similar hace Alfonso, propietario de Check in León. «Nos vamos recuperando muy lentamente. Estoy en contacto con algún peregrino que ha pasado varios días aquí y me dice que no tiene nada que ver con otras temporadas. La mayoría son españoles y los extranjeros que vienen suelen ser de Europa. El año pasado tuvimos una chica coreana y este mes llega un grupo de Polonia, que hace el Camino en bici», explica.
Precisamente este medio de transporte es de los más elegidos desde que apareció la emergencia sanitaria. «De esa manera pueden alargar el punto de finalización de la etapa si no encuentran un alojamiento porque no todos están abiertos, aunque por ahora hay plazas suficientes. Además tienen menos contacto físico», añade Javier Gabela, que también ha percibido un incremento de peregrinos por el Camino de El Salvador, que va a Oviedo.
No obstante, en lo que coinciden ambos es en que aún están muy lejos de las cifras que arrojaba el Camino antes del covid. Ni siquiera el Año Santo Xacobeo, prorrogado también a 2022, ha mitigado el impacto de la pandemia.
De hecho, muchos de estos negocios no recibieron ni un solo peregrino en los primeros meses de la crisis a pesar de que el año pasado arrancó mejor que en 2019 y la previsión que manejaban era bastante buena.
Las estadísticas en este sentido son elocuentes. El número de peregrinos que pasaron por la provincia a lo largo de 2020 fue de 6.212, según los datos recogidos en la memoria que anualmente realiza la Asociación de Amigos del Camino de León. Un cifra que se multiplica por dos, más de 12.000 peregrinos y 100.000 pernoctaciones, si se tienen en cuenta los alojamientos en hoteles y apartamentos, llegando a tener una repercusión económica cercana a los cuatro millones de euros en los pueblos y ciudades ubicadas en las nueve etapas en las que se divide el trayecto del Camino de Santiago Francés a su paso por León. El estudio muestra la clara influencia negativa que la «pandemia ha tenido en la peregrinación» y, pone como ejemplo, que «durante los meses de primavera, en el que se registraba la mayor afluencia de peregrinos, ésta ha quedado a cero», tal y como apuntó Anselmo Reguera, presidente de la asociación. El informe añade que «el posterior confinamiento perimetral de las provincias, comunidades o ciudades ha sido también determinante a la hora de plantearse la peregrinación y en la mayoría de los casos se ha optado por la prudente decisión de aplazarla para fechas más propicias tanto por las medidas sanitarias y sociales individuales como por el riesgo de contagio».
La afluencia media diaria, entendiendo que casi en seis meses no fue posible peregrinar y que en otros tres meses se pudo hacer con las medidas de prevención que exigía la situación sanitaria, fue de 17 peregrinos, siendo el mes de agosto el de mayor paso con 54 personas al día. La media de edad es de 44 años. La Asociación de Amigos del Camino indica que en 129 días del año anterior no hubo ningún peregrino.