Celaá da un «giro radical» a la FP, con el modelo Dual como eje, para no perder eficiencia y llegar a Europa
La ministra de Educación, Isabel Celaá, presentó ayer al Gobierno la nueva ley de Formación Profesional, que tratará de modernizar «absolutamente el sistema», con una formación dual de primer nivel a lo largo de la vida de las personas, que servirá para dejar de perder eficiencia y conectará a España con Europa.
Así resumió Celaá los objetivos de la nueva Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional, que reemplaza a la ley orgánica de las Cualificaciones y de la Formación Profesional de 2002 y cuyo trámite parlamentario espera iniciar después del verano para que la norma vea la luz en diciembre con el apoyo de todos los grupos parlamentarios.
«No es un barniz, una pintura; es un cambio radical», enfatizó la responsable de Educación al explicar que la norma ofrece una oferta formativa única, acreditable y flexible que, por primera vez, se dirige tanto a los estudiantes como a los trabajadores.
Según la ministra, cada persona podrá diseñar y configurar sus itinerarios, ya que la ley establece un sistema gradual y acumulable que abarca desde microformaciones (de entre 30 y 50 horas) hasta cursos de especialización (máster profesional), incorpora el bilingüismo y establece un sistema de «puertas abiertas» entre los centros de formación y las universidades.
Títulos válidos
El ministerio quiere impulsar la acreditación de competencias en cuatro años
El texto que Celaá presentó en primera lectura al resto del Gobierno es un objetivo «prioritario y sostenido» de su departamento desde 2018 y pretende dar solución al desequilibrio entre el nivel de formación y las necesidades del mercado. La ministra explicó que solo el 25% de la población activa tiene cualificación media y un 35% baja, pese a que en 2025 el 50% de los trabajadores requerirán esa cualificación intermedia.
Distintos grados
Además, España dedica 17 horas anuales a la formación de los trabajadores, frente a las 50 de Alemania y, según la EPA, el 46% de la población activa no tiene reconocidas las competencias profesionales adquiridas por su experiencia laboral.
Solo un 12% de los jóvenes españoles está matriculado en Formación Profesional, frente al 25% en los países de la OCDE y el 29% en la Unión Europea, aunque Celaá aseguró que la demanda de estos estudios está creciendo y supera a la oferta, ya que tanto familias como estudiantes asumen que les lleva «a un destino seguro, con buen salario» y les facilita el desarrollo de su personalidad.
La ministra apuntó que la oferta ascenderá a través de distintos grados: A (Acreditación parcial de competencias), B (Certificado de Competencia Profesional), C (Certificado Profesional), D (Ciclos Formativos Básico, Medio y Superior) y E (Cursos de especialización). «Cada ciudadano sabrá a qué puerta tocar», dijo Celaá, al detallar que la microformación será de entre 30 y 50 horas, mientras que un grado superior se prolongará 2.000 horas en dos cursos y el de especialización 600.
Toda la oferta en ciclos de los grados C, D y E tendrá carácter dual, con lo que se refuerza la relación entre los centros de formación y los de trabajo, y se dividirá en dos tipos: FP Dual general, con un periodo de estancia en empresa de entre el 25% y el 35% de su duración total, y FP Dual avanzada, con una formación en empresa entre el 35% y el 50%, que se establece a través de una relación contractual entre el estudiante y la entidad. En este sentido se crea la figura del tutor dual del centro y de la empresa que evaluarán los aprendizajes en cada uno de sus respectivos espacios, aunque la final será responsabilidad del centro educativo.
Celaá también destaca la necesidad de agilizar el sistema de acreditación de competencias profesionales adquiridas mediante la experiencia laboral y vías no formales de formación sin necesidad de convocatorias puntuales. Educación prevé acreditar a más de tres millones de trabajadores en cuatro años, de los cuales 450.000 se comenzarán a tramitar este año.