La pandemia, sin autopsias, paraliza las extracciones
La ciencia pierde tres cerebros leoneses por culpa del covid
El profesor Miguel Cordero del Campillo fue el último leonés en cumplir el deseo de que su cerebro sirviera para investigar el alzhéimer en febrero de 2020. Con la pandemia se han perdido en la provincia al menos tres donaciones, 11 en Castilla y León.
Josefina Rodríguez Arteaga tenía la ilusión de que sus órganos sirvieran para dar vida a otras personas y que su cerebro fuera destinado a la investigación de las enfermedades neurológicas. Hace casi una década preparó los papeles para hacer efectiva la donación de su masa gris una vez falleciera.
El pasado 7 de abril, cuando llegó su hora, la familia cumplió sus últimas voluntades. Por la edad era inviable que fueran aprovechados sus órganos excepto el cerebro, pero la pandemia y las prescripciones sanitarias impidieron la extracción, según comenta la familia.
Es uno de los tres cerebros que la ciencia ha perdido en León por culpa del covid. Y puede que sean más, señala Javier Herrero, responsable del Banco de Tejidos Neurológicos del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (BTN-Incyl). La pandemia ha impedido la extracción de al menos 11 cerebros para fines científicos en este tiempo, aunque «sospechamos que pueden ser un número muy superior».
Precariedad
Desde el 16 de marzo de 2020, el BTN-Incyl «ha recibido un sustancial menor número de solicitudes de información, nuevos donantes (activos), así como extracciones de tejido neurológico» y tampoco «se ha podido realizar ningún tipo de extracción debido a la prohibición de realización de las autopsias correspondientes en salas que nos sean de nivel de contención biológica 3 (NCB3)», explica Herrero. Castilla y León no posee ningún tipo de sala de autopsias con este nivel de seguridad. Actualmente únicamente el hospital de Burgos ha reiniciado las extracciones de cerebro en el caso de donantes libres de covid-19.
En la provincia de León se ha pasado de 161 donantes activos en febrero de 2020 a los 173 que hay en la actualidad. Sin embargo, el número de extracciones se ha quedado estancada en las 31 que había antes de la pandemia. León cuenta con el 36% de los donantes activos de la Comunidad y ha realizado casi el 50% del total de extracciones desde que se inició el programa en 2011.
La implicación de la asociación Alzhéimer León, que en septiembre iniciará una nueva campaña para la captación de donantes, ha sido decisiva en la amplia participación de donantes de la provincia en el programa.
Aportación de León
Por detrás de León, Burgos, Salamanca y Valladolid son las provincias con más donantes. León es la provincia que lidera el número de extracciones. Por detrás se encuentran Salamanca, con 27, Valladolid con 5 y Burgos con 4.
El programa iba viento en popa, en cuanto a donaciones y extracciones, hasta que llegó la pandemia. En León se habían extraído ocho cerebros en 2018 y siete en 2017 y 2019. Pero en 2020 la caída fue en picado. Tan solo un cerebro fue extraído en la provincia, de las cuatro donaciones que llegaron a término en Castilla y León.
El profesor Miguel Cordero del Campillo, que falleció el 12 de febrero de 2020 fue el último con el que se pudo cumplir la voluntad de que su material neurológico sirviera para la investigación.
El BTN-Incyl (https://btn.institutoneurociencias.org/) es el organismo coordinador del programa de donación de cerebros en la Comunidad. Su labor, explica Javier Herrero Turrión, «se sustenta en el apoyo de los servicios de anatomía patológica de los cuatro grandes hospitales de nuestra extensa comunidad, los hospitales de Salamanca, León, Valladolid y Burgos». Desde la puesta en marcha del biobanco (mayo del 2011), «los servicios de Salamanca y León han sido fundamentalmente los que han capitalizado todo el apoyo del personal técnico necesario para realizarse las necropsias oportunas para la extracción de los cerebros».
Para el procesamiento técnico de todas las muestras, excepto las del Hospital de León que también han realizado hasta ahora sus técnicos, en la sede del Banco de cerebros de Castilla y León, en Salamanca, contaban hasta final de julio del pasado año con un técnico especialista en anatomía patológica. «Lamentablemente, desde entonces, no disponemos de esta figura clave en nuestro organigrama», señala Herrero.
En busca de apoyo en la Junta
Transcurridos los meses más duros de la pandemia y viendo ya un poco la luz del túnel, los responsables del biobanco han s intentado retomar contacto con la Consejería de Sanidad para pedir ayuda para la contratación de este perfil profesional, «sin que hasta el momento hayamos recibido ningún tipo de respuesta».
Actualmente, el biobanco se sustenta económicamente sólo con 6.000 euros anuales a través de un convenio suscrito entre la Fundación Instituto de Estudios de Ciencias de la Salud de Castilla y León en calidad de gestora del Instituto Biosanitario de Salamanca (Ibsal), la Usal y el propio Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl), al cual está adscrito el BTN-INCYL, para poder seguir dando continuidad a todas las actividades que llevan a cabo.
La pandemia ha sido una situación sobrevenida y una prioridad que han entendido desde el banco de cerebros, que está a la espera de que la Junta responda a su demanda de ayuda para retomar la normalidad.
El papel de la Fundación Por un Mañana Sin Alzhéimer, impulsada desde Alzhéimer León, ha sido «incentivar y sensibilizar a las personas para que colaboren en la investigación a través de la donación del cerebro», señala Flor Juan, gerente de la asociación.
Se propició también el acuerdo con el Hospital de León para que se ocupara de las extracciones. Este impulso no es ajeno al éxito que el programa ha tenido en León hasta que la pandemia ha trastocado el proyecto.
El Instituto de Neurociencias de Castilla y León fue creado en 1998, dedicado a la investigación científica en el sistema nervioso normal y sus patologías. Como centro universitario, también enfoca su acción a la formación de nuevos investigadores y a la divulgación.