Tráfico
La velocidad suele ser mortal
Sara Aller, que sufrió una lesión medular en un accidente en Benavides de Órbigo, participa en la campaña de la DGT para reducir los siniestros «No quiero que a nadie le pase lo mismo», señala
La velocidad es uno de los principales «factores de riesgo» que aumentan la siniestralidad en las carreteras. De hecho está detrás de «uno de cada cuatro accidentes mortales», según recordó ayer el subdelegado del Gobierno en León, Faustino Sánchez, durante la presentación de la campaña de la DGT para concienciar a los conductores de la importancia que tiene respetar las normas de circulación. Habrá más vigilancia en las vías convencionales, que registran la mayoría de colisiones, aunque las inspecciones se extenderán hasta finales de esta semana por toda la provincia.
Así lo anunció el representante del Ejecutivo central en León durante un control de la DGT en el kilómetro 300 de la N-120, a la altura de Villadangos del Páramo, uno de los puntos negros de la red. Estuvo acompañado, además, por Sara Aller, voluntaria de Aspaym, que sufrió una lesión medular en un accidente que tuvo cuando salía de Benavides de Órbigo, su pueblo. «No quiero que a nadie le pase lo que mí. Esto puede ocurrir. Hay que estar con los ojos metidos en la carretera, ir despacio y cumplir las normas», recomendó desde su silla de ruedas a varios conductores. «La velocidad es un riego visible y un despiste puede ser vital. Si conseguimos que una sola persona se conciencie con acciones de este tipo ya será un logro», añadió.
En este sentido, Faustino Sánchez recordó que a 30 kilómetros por hora «el riesgo de muerte es del 10%, pero a 50 kilómetros por hora sería del 90%, avisó el subdelegado, quien señaló que a partir de los 80 kilómetros/hora «es prácticamente imposible salvarse de un impacto».
Por eso pidió prudencia e hizo un llamamiento a todos los leoneses para que respeten los límites establecidos porque lo esencial —apuntó— es llegar ileso al destino, sin poner en peligro ni la vida de uno mismo ni la de los demás.
«No nos relajemos», insistió Faustino Sánchez, quien advirtió que este tipo de quebrantamientos conlleva infracciones administrativas que van desde los cien hasta los seiscientos euros, aunque si el exceso de velocidad supera en 60 kilómetros —80 en carretera interurbana— el límite «puede acarrear prisión, además de la correspondiente multa, trabajos en beneficio de la comunidad y retirada del carné de uno a cuatro años».
Ante esto, «no corras, no bebas, no cambies de ruedas», como subraya el lema de la campaña que protagoniza Aspaym, que contará con 30 voluntarios que acompañarán a los agentes de la Guardia Civil en los controles para prevenir accidentes de todo tipo.
La DGT recuerda que unificó la velocidad genérica en las carreteras convencionales a 90 km/h y ha reducido este año la velocidad en las ciudades a 30km/h en aquellas vías de un único carril y advierte de que llevar una velocidad adecuada podría evitar una cuarta parte de los fallecidos en siniestros viales.